Las partidas del gambito de rey son apasionantes. Las
blancas dominan el centro, disponen de muchos espacios
(columnas y diagonales abiertas), por lo que pueden
atacar de forma salvaje. Sin embargo su rey siempre
está al descubierto, ya que el flanco de rey blanco
suele quedar asolado desde las primeras jugadas. La
partida se convierte entonces en una lucha sin cuartel
con ambos bandos tratando de aprovechar las ventajas que
la posición les ofrece.
Isaac Leopold Rice era un apasionado de esta apertura,
no en vano jugó en los últimos tiempos de la época
romántica y sin duda se vio influido por ello. Esta
partida representa fielmente lo que se puede esperar del
gambito de rey, una posición alocada, muy abierta y con
mucho juego táctico... así es muy difícil aburrirse
con el ajedrez. |