Curiosidades
- Bloque 10
Revancha...
en el billar
Oldrich Duras jamás había conseguido vencer en una
partida a Ossip Bernstein. Una vez más, se volvieron a
cruzar en un torneo y la victoria volvió a caer del
lado de Bernstein. Duras, herido en su orgullo, buscó
la revancha en otro juego y le comentó a su rival:
"Juega usted demasiado al ajedrez; pero
¿practica el billar?". La respuesta fue algo
dubitativa: "Un poco". Duras sonrió y
propuso lo siguiente: "Entonces para darle
alguna ventaja, jugaré con usted al billar con la mano
izquierda". Esto animó a Bernstein, que
aceptó el reto.
La partida no tuvo color y supuso una clara victoria
para Duras, que al fin había conseguido derrotar a
Bernstein... la explicación llegó de inmediato cuando
Duras confesó: "¿Sabía que soy zurdo?". |
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En una de sus participaciones en el torneo de Bled, el
GM Petar Trifunovic tuvo una experiencia en la que vio
peligrar su vida.
Durante uno de los descansos del torneo, Petar decidió
hacer una excursión a la montaña. En un momento del
paseo llegó hasta unas bellas cataratas y decidió
fotografiarlas. Para conseguir un mejor plano empezó a
saltar de roca en roca, hasta que resbaló en una de
ellas y cayó al agua, siendo arrastrado por la fuerte
corriente que le empujaba contra las rocas.
Por fortuna, Trifunovic era un excelente nadador y
consiguió nadar hasta la orilla en un esfuerzo
sobrehumano. Lo sorprendente es que en semejante
situación cercana a la muerte, Petar tuvo el ajedrez en
su mente: "!Lo más curioso en aquel trance fue
pensar si se jugaría la ronda siguiente, caso que
hubiese muerto ahogado!". |
El
comienzo de la guerra fría
El año 1945 fue el primero de la posguerra y además
trajo un enfrentamiento ajedrecístico histórico. Las
dos grandes potencias mundiales (a nivel político) se
enfrentaron en el tablero en un match
por radio. Encuentro que
iba más allá del deporte, fue tomado como una nueva
lucha entre dos formas de entender la vida totalmente
irreconciliables.
Los soviéticos se impusieron por 15'5 - 4'5,
estrepitoso resultado que desató la euforia en el país
comunista, tanto, que su dirigente, Josef Stalin, se
saltó todo tipo de protocolo y felicitó a sus
jugadores con una nota que llevaba escrito: "Bravo,
chavales". Además, el embajador estadounidense
en Moscú invitó a los jugadores soviéticos, en
calidad de huéspedes, a presenciar la película
'Casablanca', en reconocimiento al extraordinario juego
desplegado en el match.
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Esta anécdota muestra el enfrentamiento entre dos
personalidades muy fuertes, la de Wilhelm Steinitz y la
de Joseph Henry Blackburne.
Steinitz tenía la mala costumbre de escupir durante las
partidas con la intención de molestar y desconcentrar a
sus rivales, llegando a hacerlo directamente contra su
contrincante. Blackburne, todo un caballero británico,
no pudo soportar tal afrenta y decidió tomarse la
justicia por su mano arrojando a Steinitz por la
ventana. Por fortuna la partida se estaba jugando en un
primer piso y Steinitz salió indemne del altercado. |
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Mikhail Botvinnik siempre se caracterizó por ser un
rival extremadamente difícil de vencer y por tener una
fuerza de voluntad inquebrantable.
Viacheslav Ragozin era el segundo de a bordo de
Botvinnik y además un gran amigo suyo. Cada vez que
ambos jugadores se enfrentaban en una partida, Ragozin
salía perdedor, a pesar de haber disfrutado de
posiciones ganadoras en varias ocasiones. La amistad que
les unía poco valía en esos momentos, Botvinnik no
tenía piedad cuando se sentaban frente a un tablero.
Por eso, un día, Ragozin le regaló a Botvinnik una
estampilla de diagramas de ajedrez con la siguiente
inscripción: "Un amigo, aunque una boa para su
amigo-conejo"... hay amistades que matan. |
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