El
campeonato del mundo, por su relevancia, ha sido la
chispa que ha encendido el debate sobre el estado del
ajedrez actual. A través de internet estamos
pudiendo leer opiniones de todo tipo, muchas de ellas
encontradas. El tema central del debate es el uso de
programas en la preparación de los jugadores, lo que
está haciendo que muchas partidas parezcan artificiales
y el juego se haya vuelto conservador.
A través de esta web ya he escrito sobre este tema, la
influencia de los programas de ajedrez está moldeando
el juego de los jugadores de la élite, volviéndolo
más artificial. Como es lógico, se tiende hacia el
perfeccionamiento, pero también se pone freno a la
creatividad y al talento. Es curioso como el juego de
algunos jugadores se empieza a asemejar al de los
programas... cuando no hace mucho los programadores
intentaban con tesón que el juego de sus máquinas
fuese lo más humano posible. Este aspecto se puede
extrapolar a muchos otros aspectos de la sociedad, donde
la tecnología nos está invadiendo.
Una de las soluciones planteadas en la implantación del
ajedrez 960 o Random Fischer, en el que se sortea la
disposición de las piezas (salvo los peones) antes del
comienzo de la partida. Es cierto que con este sistema
la teoría de aperturas ya no tendría sentido, pero
existen varios puntos poco claros si se llevase a cabo.
Lo primero es que estamos ante un problema que aqueja
sólo a determinados jugadores de la élite, ni siquiera
lo hace a la mayoría de GM, algo que podemos comprobar
todas las semanas siguiendo partidas llenas de interés
y de lucha en muchos torneos importantes. Por tanto una
solución tan drástica pierde su sentido, porque el
problema afecta a una minoría. Otro punto importante es
como puede afectar a la historia del ajedrez; si se
escoge el ajedrez 960 sería como comenzar a escribirla
desde cero, como si de un nuevo ajedrez se tratase, ya
que no creo que se pueda equiparar los logros anteriores
a los que se lograrían en esta modalidad. Además, la
introducción del azar (con el sorteo inicial) no creo
que aporte nada bueno a un deporte que nunca ha estado
marcado por la suerte o por dicho azar.
Por mucho que se centre la atención sobre la influencia
de los programas, creo que existe otro punto más
relevante: la falta de actitud que muestran algunos
maestros de la élite... tablas rápidas, búsqueda de
posiciones donde no exista el más mínimo riesgo, poco
espectáculo y poca lucha... evidentemente esto no
ocurre en todos los casos, pero algunos jugadores se han
acomodado, compiten por suculentos premios y tienen su
puesto asegurado en los grandes torneos. Por eso no
toman riesgos en sus partidas... ¿para qué hacerlo?,
de este modo conservan su privilegiada posición y se
perpetúan. Pero alguien debería recordarles que esto
es un deporte seguido por millones de aficionados a los
que deben un respeto, el mismo respeto que deberían
tener por la palabra 'deporte' y que muchas veces
ensucian al no competir como es debido (cuantas veces
hemos visto últimas rondas con jugadores renunciando a
luchar por un primer puesto haciendo unas tablas en
pocas jugadas... esto es impensable en cualquier otro
deporte). Sin aficionados el ajedrez no sería un
deporte rentable y no existirían los grandes torneos ni
los grandes premios, algo que muchos parecen olvidar.
Por cierto, ha habido una parte del debate que me ha
crispado en sobremanera y ha sido el modo en el que
algunos maestros/as de ajedrez han cargado
contra el aficionado que osaba criticar el match,
mostrando una total falta de respeto por éstos. Sólo
recordarles que
hay que respetar la opinión de cualquier persona y en este
caso más aun, ya que varias partidas del mundial han sido un tostonazo
incluso en opinión de muchos GM de nivel. He podido
leer algunos argumentos sorprendentes del estilo:
"Anand y Gelfand no están aquí para divertirnos" o
"no tienen por qué
hacer sacrificios de pieza o dar jaque mate para
divertir a las masas". Verdaderamente no he visto
que ningún aficionado pidiese partidas llenas de
combinaciones, lo único de lo que se ha hablado es de
la falta de actitud y de lucha que han reinado en muchas
de las partidas, algo innegable pese a quien le pese. El
aficionado sólo pide ver a dos deportistas peleando por
la victoria, no dejando pasar las partidas en busca de
un fallo gordo del rival para apuntarse el triunfo sin
sobresaltos.
Entiendo que los jugadores deben tener como objetivo
primordial la victoria, pero esto es un deporte y no se
debe llegar al triunfo de cualquier forma, siempre hay
que intentar hacerlo de la forma más honrosa posible,
para dignificar dicho deporte e incluso para
dignificarse a ellos mismos.
Javier
Cordero Fernández
(7
Junio 2012)
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