Eduard Gufeld nació el 19
de Marzo de 1936, en Kiev (Ucrania). Falleció el 23 de
Septiembre de 2002, en Los Angeles (Estados Unidos).
Gufeld descubrió el
ajedrez, la pasión de su vida, siendo sólo un niño,
cuando su primo le enseñó los movimientos básicos de
las piezas. En su adolescencia Gufeld también jugaba al
fútbol, con el número 8 a la espalda era una joven
promesa ucraniana. Pero por aquel entonces tenía otra
gran afición: el ajedrez, y era tan importante que hizo
que renunciase a sus sueños como futbolista
profesional, el tablero y las fichas ya habían
embrujado para siempre a 'Gufa'. Gufeld abandonó su
prometedora carrera en el fútbol, pero supo aprovechar
la buena forma física adquirida para progresar en el
ajedrez, analizando partidas y estudiando hasta altas
horas de la madrugada.
Con 11 años ingresó en
el club de ajedrez Spartak, ya a esa edad mostraba un
talento natural para el ajedrez táctico, superando a
cualquier jugador de su club, fuese cual fuese su edad.
Tenía una forma de jugar original e independiente, lo
que le convertía en un jugador imprevisible. Los jóvenes
ajedrecistas de la URSS tenían grandes posibilidades y
recursos para progresar, la mayoría de futuros GM
pasaban por los Palacios de pioneros, donde podían
competir y aprender.
Uno de sus primeros maestros fue
Isaac Lipnitsky, que como el propio Gufeld reconoció
fue la persona que más huella le dejó. Sus progresos
fueron enormes y con 18 años se proclamó campeón
juvenil de Ucrania. Su 5º puesto en el campeonato de
los 'mayores' le dio billete para las semifinales del
Campeonato de la URSS, torneo en el que quedó 4º, lo
que le sirvió para obtener plaza para el Campeonato
final (todo un logro para un jugador tan joven). En su
debut en dicho torneo logró un honroso 12º lugar.
En 1961 disputó su primer
torneo internacional: el torneo del Club Central de la
URSS, allí obtuvo su primera norma de GM. Título que
finalmente obtendría en el prestigioso torneo de
Leningrado (conmemorativo de los 50 años de la Revolución
de Octubre), quedando en 5º lugar con 10 de 16.
Gufeld compatibilizó su carrera como
ajedrecista con otra ocupación muy diferente: también
fue militar del ejército de la URSS. En 1957 comenzó
el servicio militar y no abandonaría el ejército
hasta 20 años después. Por suerte para Gufeld, en el
ejercito soviético existían multitud de competiciones
de ajedrez y pudo seguir progresando en su juego.
Me gustaría decir que
cosechó muchos éxitos durante su carrera, pero estaría
faltando a la verdad. Apenas consiguió primeros
puestos, aunque si tuvo actuaciones destacadas en varias
competiciones. Su forma de entender el ajedrez era
diferente a la de la mayoría, Gufeld era un romántico
en toda regla y se complacía más jugando una gran
partida de ataque que ganando un torneo. Cuando
combinaba era feliz, pero cuando la posición no era
favorable la tristeza acudía a su rostro y su juego se
veía terriblemente afectado. Como todo jugador que ama
el ajedrez, buscaba producir belleza y esa era su
principal meta, tal vez esto mermó sus posibilidades en
ciertos torneos. Podéis ver sus mejores resultados en
el siguiente enlace: (Ver
Palmarés).
Gufeld
es recordado por muchas facetas, pero hay una que, por
su peculiaridad, destaca por encima del resto y esa es
el alfil de Gufeld;
así se bautizó al alfil negro que Gufeld siempre
situaba en la casilla g7 en todas sus partidas. Para
ello solía plantear siempre la Defensa India de Rey o
la variante Dragón de la Siciliana. Sentía verdadera
predilección y adoración por la India de Rey, apertura
en la que llegó a profundizar como nadie. Siempre
trataba de conservar su alfil costase lo que costase y
en muchas partidas lo utilizó de manera magistral,
convirtiéndolo en una pieza decisiva y demoledora. Su
querido alfil g7 era tan importante que llegó a
declarar: "Por lo que a mi respecta, admito
abiertamente que mi vida no tendría significado sin el
alfil g7". Creo que no existe un caso parecido a lo
largo de la historia de este juego, nadie se identificó
tanto con una pieza de ajedrez.
A finales de los 60, Gufeld cambió su
residencia y encaminó sus pasos hacia Georgia,
adoptando esta nacionalidad (aunque seguía estando
englobado dentro de la URSS). A partir de ese momento
comenzó a participar en distintas competiciones con el
equipo georgiano, al principio como jugador y más
adelante como entrenador.
Su
carrera ajedrecística, y tal vez su vida, cambió en el
año 1973, cuando jugó la mejor partida de su vida. Se
disputaban las semifinales del Campeonato de la URSS y
Gufeld no podía sospechar al entrar en la sala que ese
día su juego estaría impregnado de magia y
genialidad. 'Gufa' dio sus mejores pinceladas en un
tablero de ajedrez y consiguió pintar su propia Mona
Lisa, una partida que ha pasado a la historia por su
belleza y originalidad. Como no podía ser de otra
manera, Gufeld jugó una defensa India de Rey y lo hizo
sin su querido alfil (que fue cambiado en la jugada 11),
podéis seguir sus maravillosos movimientos en: Ver
partida. Esta partida fue
elegida por los telespectadores de Belgrado como la
segunda mejor del Siglo XX, sólo por detrás de la
partida Botvinnik-Capablanca, Rotterdam 1938 (se dio una
lista de 10 partidas y los telespectadores de Belgrado
pudieron votar por su preferida). Si se le pregunta a un
ajedrecista por cual ha sido
su mejor partida, la respuesta suele ser
invariablemente: "Aun espero jugarla", Gufeld
es casi la única excepción a esta norma, ya que
siempre fue consciente de que había producido una obra
inigualable (en ese aspecto se puede considerar un ser
afortunado).
Gufeld siguió
participando en multitud de torneos, con diferente
suerte. Disputó decenas de competiciones por equipos y
acudió a cualquier rincón del planeta donde fue
invitado. Llegó a visitar más de 100 países, dando
conferencias sobre ajedrez o para entrenar a los más
dispares equipos (como la selección femenina china o la
selección filipina). En 1995 cambió su residencia por
última vez, se trasladó de Georgia a Los Angeles
(Estados Unidos), lugar donde siguió trabajando en pro
del ajedrez y jugando torneos hasta el fin de sus días.
No sólo hay que hablar de sus
logros en el tablero, es imposible dejar de referirse a
su lado humano. Gufeld era una persona amable y
divertida, apreciado por todos sus compañeros y
rivales. Sus bromas durante los torneos y
concentraciones son célebres, su avispado sentido del
humor generó decenas de graciosas anécdotas. Era de
esas personas que no tenían enemigos, nadie se podía
enfadar con él aunque fueses el objetivo de sus bromas.
Licenciado
en periodismo, escribió multitud de artículos en
periódicos y en las más prestigiosas revistas de
ajedrez. Escribió más de 100 libros de ajedrez, se
estima que vendió unos 3.500.000 copias a lo largo y
ancho del mundo. Recomiendo a cualquier persona que
sienta un mínimo de interés por el ajedrez que lea
"Mi Mona Lisa en ajedrez", es un libro
exquisito, plagado de divertidas anécdotas y con
decenas de partidas espléndidamente analizadas. Veamos
algunas de sus obras más conocidas: Legado
de Gufeld.
Muy reconocida fue su labor como entrenador,
campo en el que alcanzó una importante reputación.
Efim Geller fue su discípulo durante muchos años,
también ayudó durante unos meses al holandés Jan
Timman. Por supuesto, no olvidar que fue el gran mentor
de Maya Chibudanidze durante muchos años, Maya ha
confesado que le debe mucho a Gufeld y que gracias a él
consiguió alcanzar las más altas cotas del ajedrez
femenino.
Sin duda es un personaje digno
de recordar, con un bagaje extenso y extraordinario. Su
aportación al mundo del ajedrez debería ser más
reconocida en la actualidad.
Las estadísticas de Eduard
Gufeld (de las partidas que se tienen constancia) son:
victorias 396, tablas 652 y derrotas 276; con un
promedio 54'5 % (el promedio se saca de sumar victorias
y tablas, y dividirlo por las partidas totales).
Veamos unas partidas de un
verdadero artista del tablero:
Javier
Cordero Fernández
(1
Julio 2008) |