Nos encontramos ante una de las partidas más célebres
de la historia. Creo que nunca ningún jugador ha sacrificado
tantas veces su dama, en casillas diferentes y sin que
ésta pudiese ser tomada en ningún momento. Esta creación
rebosa belleza y todo parece indicar que fue ideada por
la mente de Carlos Torre Repetto, que de esta forma
quiso rendir un bonito homenaje a su entrenador Edwin
Ziegler Adams. Aun así, crease quien la crease, es una
obra de arte y debe ser admirada como tal.
La partida transcurre con normalidad hasta la jugada 17,
allí la dama blanca se muestra caprichosa y se dedica a
desplazarse a casillas donde puede ser tomada por las
piezas enemigas. La persecución que hace a la dama
negra es inolvidable, ésta huye despavorida ante el
acoso a que es sometida (incluso llegó plantearse pedir
una orden de alejamiento). La amenaza de mate en e8
permite todas estas jugadas suicidas y en la jugada
23... ¡¡al fin!!, la dama negra no tiene más casillas
para seguir huyendo y no podrá proteger a la torre de
e8, por lo que la dama blanca se sale con la suya y
consigue inmolarse.
Una nueva muestra de las posibilidades artísticas del
ajedrez, un juego que permite a todo el que lo juega
crear belleza que permanecerá en el tiempo
inexorablemente. |