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La dama caprichosa

Damisela con una torre al fondo

Adams, Edwin Ziegler - Torre, Carlos

New Orleans 1920

1.e4 e5 2.Cf3 d6 3.d4 exd4 4.Dxd4 Cc6 5.Ab5 Ad7 6.Axc6 Axc6 7.Cc3 Cf6 8.0–0 Ae7 9.Cd5 Axd5 10.exd5 0–0 11.Ag5 c6 12.c4 cxd5 13.cxd5 Te8 14.Tfe1 a5 15.Te2 Tc8 16.Tae1 Dd7 17.Axf6 Axf6 18.Dg4 Db5 19.Dc4 Dd7 20.Dc7 Db5 21.a4 Dxa4 22.Te4 Db5 23.Dxb7 1–0

Después de 17...Axf6

 

            Nos encontramos ante una de las partidas más célebres de la historia. Creo que nunca ningún jugador ha sacrificado tantas veces su dama, en casillas diferentes y sin que ésta pudiese ser tomada en ningún momento. Esta creación rebosa belleza y todo parece indicar que fue ideada por la mente de Carlos Torre Repetto, que de esta forma quiso rendir un bonito homenaje a su entrenador Edwin Ziegler Adams. Aun así, crease quien la crease, es una obra de arte y debe ser admirada como tal.

            La partida transcurre con normalidad hasta la jugada 17, allí la dama blanca se muestra caprichosa y se dedica a desplazarse a casillas donde puede ser tomada por las piezas enemigas. La persecución que hace a la dama negra es inolvidable, ésta huye despavorida ante el acoso a que es sometida (incluso llegó plantearse pedir una orden de alejamiento). La amenaza de mate en e8 permite todas estas jugadas suicidas y en la jugada 23... ¡¡al fin!!, la dama negra no tiene más casillas para seguir huyendo y no podrá proteger a la torre de e8, por lo que la dama blanca se sale con la suya y consigue inmolarse.

 

             Una nueva muestra de las posibilidades artísticas del ajedrez, un juego que permite a todo el que lo juega crear belleza que permanecerá en el tiempo inexorablemente.

 

 

 

 

 

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