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Samuel Reshevsky, el niño prodigio

Samuel Reshevsky

( Autor : Javier Cordero Fernández - © Ajedrez de ataque )

            Samuel Reshevsky (Schmul Rzeszewski en polaco) nació en la aldea polaca de Ozirkow, el 26 de Noviembre de 1911, hijo de judíos ortodoxos es un hombre de fuertes convicciones religiosas (no jugaba nunca al ajedrez tras la puesta del Sol del viernes hasta la del sábado, ni siquiera en torneos importantes).

            Reshevsky es el niño prodigio del ajedrez que más expectación levantó, apareciendo en incontables ocasiones en distintos medios de comunicación. A los 4 años aprendió a jugar al ajedrez, juego que dominó con increíble rapidez. A los 6 años sus padres le llevaron a Varsovia para que conociese a Akiba Rubinstein, el famoso maestro jugó una partida con el niño para calibrar su nivel, Akiba ganó pero con ciertas dificultades. Esa misma tarde Rubinstein le mostró en el tablero su reciente victoria sobre Lasker y ante la sorpresa de todos los presentes el pequeño Reshevsky le demostró que podía haber ganado en dos jugadas menos, Rubinstein se quedó muy complacido y le auguró un gran futuro. Con sólo 8 años ya daba simultaneas de 10 partidas y dominaba la especialidad del ajedrez a la ciega.

            En esa época Reshevsky ni siquiera sabía leer ni escribir, aun así tenía una mente tan privilegiada que podía derrotar a cualquier adulto al que se enfrentase. El niño Reshevsky, demostrando una gran madurez, definía su juego de la siguiente manera: "Jugar al ajedrez es para mí tan natural como respirar. No me cuesta ningún esfuerzo".

            Se cuenta que con 8 años jugó una partida con el gobernador alemán de Varsovia (ciudad ocupada por los alemanes), este personaje era odiado por los polacos por la dura represión que ejercía sobre este pueblo. Reshevsky le ganó y con un increíble desparpajo le espetó "¡Usted puede matarnos, pero yo le gano!".

            Tras finalizar la I Guerra Mundial Reshevsky dio simultaneas por varias ciudades de Europa (Berlín, Roma, París, Viena...), alcanzando una gran fama. Samuel comenta en su biografía: "Donde quiera que fuese grandes multitudes se turnaban para verme jugar. Durante 4 años constituí un motivo de curiosidad pública: la gente me miraba con asombro, trataba de acariciarme, me hacían preguntas; los doctores medían mi cráneo y me sometían a psicoanálisis; los periodistas me entrevistaban y escribían fantásticos relatos acerca de mi futuro, y los fotógrafos tenían siempre sus cámaras apuntadas hacia mi pequeña persona".

 

Caricatura de Reshevsky de su época de niño prodigio   

            Los exámenes que le hicieron los médicos determinaron que era un superdotado, a pesar de no tener formación académica era capaz de resolver problemas de matemáticas que los demás niños no sabían ni plantear.

            En 1920 se traslada con su familia a los Estados Unidos, donde se dedica a dar simultaneas por todo el país durante dos años. Su primera exhibición en Norteamérica la dio en la academia militar de West Point, fue ante 20 rivales, ganando 19 partidas y haciendo tablas en una. La expectación que levantó fue tan grande como la generada en Europa y la gente hacía largas colas para verle jugar. Disputó unas 1500 partidas a lo largo de todo el país, siendo derrotado sólo en 9 de ellas.

            Samuel era un genio, pero por ello perdió su infancia y su inocencia, ni siquiera iba a la escuela y sus padres fueron denunciados por ello, teniendo que ir a juicio en el tribunal de Manhattan.

 

            En 1922 fue invitado a jugar por primera vez en un torneo con maestros, fue en New York y consiguió ser 3º, algo que decepcionó un poco a sus múltiples seguidores... pero, ¿qué se le podía pedir a un niño de 11 años?. Sus padres se dieron cuenta de la excesiva presión a la que estaban sometiendo a Samuel y decidieron que el niño dejase de viajar para jugar simultaneas y se dedicase de lleno a recibir una buena educación, por lo que Reshevsky estaría 10 años desvinculado del ajedrez. En 1931 obtuvo el título de contabilidad en la Universidad de Chicago y decidió retomar su carrera en el tablero, aunque no de una manera manera profesional, ya que lo compaginaba con su trabajo.

            A pesar de esto, Reshevsky tuvo una carrera muy dilatada, estuvo jugando torneos hasta el año 1991. Su última aparición tuvo lugar en un torneo de veteranos en Moscú en el que ganó Efim Geller y Samuel logró terminar en 6º lugar (jugando al ajedrez con 80 años!!!). Una carrera longeva en la que llegó a enfrentarse en el tablero con todos los campeones del mundo salvo el primero, Steinitz, y el último, Kasparov.

            Desplegó su mejor nivel en la década de los 40 y de los 50, fuerza ajedrecística que le valió una invitación para el torneo que decidiría el nuevo campeón del mundo tras el fallecimiento de Alekhine. Cinco fueron los escogidos: Samuel, Botvinnik, Keres, Smyslov y Euwe. Botvinnik dominó desde el principio y sólo Reshevsky conseguía seguirle a una prudente distancia. En la parte final Smyslov apretó y consiguió relegar a Reshevsky al 3er lugar, siendo Botvinnik el justo nuevo campeón del mundo.

            Reshevsky no logró conseguir el título de campeón del mundo, pero fue el único jugador capaz de plantar cara a los soviéticos durante estas dos décadas,  época donde éstos dominaban de forma tiránica el mundo del ajedrez. Samuel rechazó la invitación al primer torneo de candidatos de la historia (1950), pero si decidió participar en los dos siguientes: en 1953 logró terminar en 2º lugar con una gran actuación, pero se vio superado por el poderío de la armada soviética (ganó Smyslov, con Bronstein, Keres y Petrosian 3º, 4º y 5º respectivamente) y en 1968 fue eliminado en cuartos de final por Viktor Korchnoi.

            Sus hazañas no se detuvieron ahí, logró un impresionante record en el Campeonato de los Estados Unidos, entre 1936 y 1942 no perdió ninguna de las 75 partidas que disputó.

 

El pequeño Reshevsky ante el tablero   

            El punto débil de Reshevsky era su flojo conocimiento de las aperturas, como buen jugador de ataque para Reshevsky la apertura era una obligación que no le hacía ninguna gracia y jamás se preparó para solucionarlo. Esto llevó aparejado que improvisara durante dicha fase del juego, lo que le hacía perder unos minutos fundamentales donde los demás maestros utilizaban apenas unos segundos. Estos apremios de tiempo los compensaba con su gran habilidad para el ajedrez blitz, lo que le permitía jugar con gran exactitud cuando el reloj más presionaba. 

            Es posible que esta falta de preparación se deba a la saturación que le produjo el ajedrez durante su infancia. Entre torneo y torneo prefería descansar (mientras sus rivales se preparaban concienzudamente). Suplía estas carencias con una tremenda energía cuando se sentaba ante un tablero.

 

            Se puede decir que nadie ha vuelto a jugar al ajedrez como Rehevsky, sin apenas preparación y con una rapidez de pensamiento difícil de igualar. Cabe preguntarse hasta donde hubiese podido llegar con un sólido repertorio de aperturas. Su estilo se basaba en una buena comprensión de la posición y en la búsqueda de pequeñas ganancias de material. También demostró ser un buen jugador de ataque capaz de combinar como los grandes en esa disciplina.

            Reshevsky era judío ortodoxo practicante, por lo que siempre respetó el sabatt. Los organizadores de los torneos sabían que estaban obligados a variar el horario de sus partidas si querían contar con Samuel entre los participantes.

            Su nivel competitivo fue muy alto en los primeros 20 años de su carrera, hasta 1970 ganó muchos torneos y su peor actuación fue un 5º puesto en el Campeonato de EEUU 1960; esto fue así hasta el año 1964, donde quedó 8º en el Interzonal de Ámsterdam. No hace falta resaltar lo meritorio de este palmarés en una época donde a casi todos los torneos acudían figuras de talla mundial. Podéis ver el extenso palmarés del estadounidense en el siguiente enlace: (Ver Palmarés).

Un joven Reshevsky sentado ante el tablero

            Durante la parte final de su carrera continuó haciendo cosas increíbles, como ganar el Open de Reykjavik de 1984 (con 73 años) o quedar 3º en el Campeonato de Estados Unidos de 1981 (70 años).

            Aunque lo más admirable es ver como esta persona consiguió llevar una vida normal y equilibrada tras haber tenido una infancia tan ajetreada, se acomodó con normalidad a ir a la escuela tardíamente, a ir a la Universidad y a fundar una familia, sin dar muestras de verse perturbado por los difíciles tiempos que tuvo que vivir siendo sólo un niño.

            Las estadísticas de Reshevsky son: victorias 210, tablas 356 y derrotas 124; con un promedio de 56'2% (el promedio se saca de sumar victorias y tablas, y dividirlo por las partidas totales).

            Podéis ver el estilo de este niño prodigio, que más tarde pasó a ser un entrañable anciano respetado por todos en cada torneo al que acudía:

Javier Cordero Fernández

(3 Julio 2006)

 

Reshevsky - Shainwist,  New York  1951

Reshevsky - Vasconcellos,  Boston  1944 

Castaldi - Reshevsky,  Dubrovnik  1950

Berger - Reshevsky,  Amsterdam  1964

Reshevsky - Matsumoto,  Siegen  1970

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BIBLIOGRAFÍA

"Los niños prodigio del ajedrez" - Pablo Morán

"Larousse del ajedrez"


 

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