Esta partida se jugó en dos tableros diferentes y a la
vez fue representada en un ajedrez viviente. Se trató
de un espectáculo pensado para atraer al público,
donde los jugadores estaban presentes e iban
"ordenando" a la piezas que se moviesen en
vivo y en directo. Resalto esto, porque lo habitual en
los ajedreces vivientes es representar partidas que se
jugaron en el pasado.
La partida es de una gran belleza, una nueva obra de
arte del ajedrez... pero en el año 1943 Steiner
sorprendió al mundo del ajedrez declarando que la
partida estuvo amañada desde un principio y que
simplemente se limitaron a realizar los movimientos que
estaban previamente acordados. Viendo el desarrollo del
juego esta hipótesis resulta bastante creíble y si le
sumamos las palabras de Steiner, que Miguel Ángel
Nepomuceno me ha enviado amablemente, parece que
Capablanca no sólo no quiso poner en juego su honor,
sino que quiso engordarlo artificialmente. Veamos las
palabras de Steiner (publicadas en Chess Review, marzo
1943: .
“En
The Inmortal Games of Capablanca, (Reinfeld) página
203, en la introducción a la partida de Exhibición No.
93 afirma que esta partida "jugada con "piezas
vivas" resulta ser muy entretenida y debe haber
deleitado a los espectadores". Esto da la impresión
de que la partida se jugó en condiciones normales,
cuando en realidad fue arreglada por Capablanca, que en
aquel tiempo se negaba a jugar de otra manera.
Naturalmente, me gustaría dar a conocer esto ya que tal
partida no podría ser considerada como una partida
inmortal. Si
el señor Reinfeld me hubiese consultado antes de ir a
la prensa, me hubiera gustado darle todos los detalles
con pruebas de ello”.
Parece poco probable que Steiner se arriesgase a
realizar semejante aseveración en una revista de tanto
prestigio, por lo que todo parece indicar que esta
partida es falsa. |