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Orleans - 31 de Octubre de 1849
Estimado
director.
Con la presente remito a usted una partida de ajedrez
jugada el 28 del presente entre Eugene Rousseau y
el joven Paul Morphy, mi sobrino quien solo tiene 12 años
de edad.
El niño nunca ha abierto un libro de ajedrez; aprendió
él mismo el juego siguiendo las partidas jugadas entre
los miembros de la familia. En las aperturas hace los
movimientos correctos como por inspiración y es
sorprendente observar la precisión de sus cálculos en
el medio juego y en el final.
Cuando nos sentamos ante el tablero, su cara no denuncia
ninguna agitación inclusive en las posiciones más críticas;
en tales casos, silba un aire musical a través de los
dientes y pacientemente busca la combinación que le
saque de la dificultad, además, juega tres o cuatro
partidas duras todos los Domingos, el único día que su
padre le permite jugar, sin mostrar la menor fatiga.
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