De las
cuatro, esta es la versión que cuenta con menos
pruebas. La explicación es sencilla, proviene de una
civilización muy antigua, la más lejana en el tiempo
de todas las que se van a tratar en este artículo, y
muchos vestigios se han perdido en el tiempo. El origen
egipcio del ajedrez se remonta a la época de los
Faraones, en torno al 3000 a.C.
El
investigador español José Brunet es el principal
defensor de esta tesis, tal y como expresa en su obra
"El ajedrez, investigaciones sobre su origen".
Sus hipótesis se basan en restos arqueológicos
encontrados en distintos lugares de Egipto, estos restos
suelen ser piezas parecidas a las de la actualidad y
grabados en las paredes de tumbas o palacios.
En Tebas
se encontraron pinturas en las que dos jugadores están
sentados ante un tablero y enfrentándose con fichas
bastante parecidas a las de la actualidad. Tras arduas
investigaciones, se ha comprobado que uno de los
jugadores representados era el Faraón Ramses III (reinó
en 1182 a.C. - 1151 a.C.), el otro se trataba de Psamético
II (monarca del S. VII a.C.). En la ciudad de Tebas
también se encontraron figuras cuya forma era similar a
las observadas en la pintura, unas eran de color blanco
y otras de color negro o rojo.
Fresco
de la tumba de la Faraona Nefertari (1250 a. C.), en
Kamak
Más
adelante se hallaron descubrimientos similares, que
siempre eran parecidos al juego de la pintura de Tebas.
Por ejemplo, en el Museo Británico se conserva un
fragmento de un papiro en el que está dibujado un león
jugando contra una gacela, el león representa a Ramses
II (1290 a.C - 1224 a.C.) y la gacela representa a una
de sus concubinas.
Las
características que se han podido deducir de este juego
no son demasiado claras: el número de casillas no es el
mismo que en el ajedrez y solo había 6 piezas por
bando. Las piezas eran: 1 Rey, 1 Visir o Reina (que
representaba a un ladrón) que adoptaba forma de oca, 1
pieza que adoptaba forma de gato, 1 pieza que adoptaba
forma de perro o chacal y 1 peón.
Analizando la forma de las piezas descubiertas,
parece improbable que el ajedrez pueda derivar de este
juego, sus diferencias con el ajedrez actual o el
chaturanga son demasiado evidentes. Se cree que se
trataba de otro juego diferente, pero mucho más antiguo
que el ajedrez.
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