Las vidas de Miguel Ángel Nepomuceno y de Pablo Morán
tenían ciertas similitudes. Ambos fueron fuertes
jugadores y grandes escritores, y compitieron durante
varios años en uno de los rincones más bellos de
España: Asturias. La diferencia entre ellos viene en
la especialización: Pablo Morán se volcó en el ajedrez,
mientras las labores periodísticas de Miguel Ángel
abarcaron más campos.
A pesar de la estrecha relación de Pablo Morán con el ajedrez
español, sus orígenes
no están en la Península Ibérica, sino en otro
país donde se rinde culto al ajedrez desde hace más de
un siglo: la isla de Cuba. SIn embargo, desarrolló toda
su carrera en Asturias, donde ejerció simultáneamente el
periodismo y el ajedrez de competición. Sus libros son su
sello de identidad, publicaciones cuidadas y llenas de interés. Varios de ellos han pasado por mis manos, como "Los
niños prodigio del ajedrez", "Bobby
Fischer", "Agonía de un genio. A.
Alekhine" o "Los campeones del mundo: de
Steinitz a Alekhine", y me han causado una grata
impresión. Volcado en su profesión de periodista,
también fue un fuerte jugador que logró ser varias veces
campeón de Asturias y jugó a gran nivel en todo tipo de
torneos.
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