El
mundo real dentro de un tablero
( Autor : Javier
Cordero Fernández -
© Ajedrez de
ataque )
Si
uno se pone a pensar sobre las piezas de ajedrez y su
significado, se encontrará con que éstas tienen una
gran similitud con ciertos aspectos del mundo real,
sobre todo relacionados con personajes del medievo. Cada
pieza tiene su propia personalidad y parece que los
movimientos que puede realizar en el tablero se adecuan
a la perfección con su personaje real. Veamos a
continuación estas similitudes:
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El
rey |
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Si
una persona que no conoce el ajedrez echa un vistazo a
un tablero, pensará que el rey es la pieza más
poderosa. Pero si le enseñan los movimientos se
sorprenderá al ver lo limitado que es el monarca, que sólo
se puede desplazar una casilla, habiendo otras piezas más
móviles. Además puede resultar extraño ver como las
demás piezas tienen que defender a su rey, como si éste
fuese demasiado débil. Aun así, es la pieza más
importante y la que decide la victoria, ya que sólo dándole
jaque mate se puede alcanzar el triunfo.
Si uno compara estas características con un rey
medieval comprenderá el por qué de esta pieza. Un rey
tiene poder total sobre su reino, es el elemento vital
sobre el que gira todo un país. Pero no hay que perder
de vista que no es más que un ser humano, muchas veces
el único mérito que habían contraído era ser
descendiente del rey anterior, por lo que sus
debilidades eran patentes (al igual que lo limitado de
la pieza que le representa en el tablero). La fuerza de
un rey reside en sus súbditos, lo mismo que el rey del
ajedrez depende de las demás piezas que velarán por su
seguridad personal.
En
definitiva, es la pieza más importante, pero también
la más débil ya que depende del resto para poder
sobrevivir. Sólo en los finales de partida se convierte
en un guerrero peligroso, justo cuando no hay demasiadas
piezas que le puedan hostigar y puede servir de apoyo a
su ejército. |
La
dama |
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Otra
pieza que resulta sorprendente es la dama. Y es que en
un mundo generalmente machista, causa sorpresa ver el
poder de la dama, única pieza femenina, dentro de un
tablero de ajedrez. La dama se puede mover en todas
direcciones y sin límite de profundidad, esto le da
gran movilidad y fuerza.
En el fondo todo esto se asemeja mucho a la realidad:
"detrás de un gran hombre siempre hay una gran
mujer". Muchos grandes reyes debieron su fuerza a
sus esposas, que desde la sombra podían mover los hilos
de un reino sin haber obtenido notoriedad personal.
Pero la Dama no existía cuando se creó el ajedrez, el
alferza era el que ocupaba el lugar al lado del rey,
como su consejero, y sus movimientos eran diferentes a
los de la dama actual. En Valencia reclaman que fue en
esa ciudad donde se incluyó por primera vez
la dama en el ajedrez, en homenaje
a la reina Isabel la católica. Como todos sabemos,
Isabel fue una reina muy poderosa, de ahí la fuerza de
la pieza que la representa, que aumentó con respecto a
su antecesora.
La dama es un justo homenaje a la mujer, a su fuerza y a
la gran importancia que siempre ha tenido dentro de
cualquier familia, donde muchas veces es el pilar
fundamental sobre el que se sostiene ésta. |
La
torre |
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Esta
pieza es la que tiene un significado más lógico, es
una pieza defensiva que sirve para crear una fortaleza
en torno al rey a través del enroque. En la primera
fase de la partida suele ser una pieza defensiva, que
vela por la seguridad del rey y de las demás piezas. Más
adelante se puede convertir en una pieza ofensiva, que
resultará letal si se combina con su 'hermana'. Es una
pieza poderosa ya que tiene largo alcance, algo que se
ajusta a la realidad ya que en las torres se aprestaban
los arqueros y armas de asedio de largo alcance.
Su movimiento es simple, a través de filas o
columnas... no en vano no es más que un cúmulo de
piedras, que, eso si, desempeñan su función a la
perfección. |
El
alfil |
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Llegamos
a la pieza que suele resultar más extraña al neófito,
su aspecto no es nada claro y hasta que no te explican
lo que representa no puedes entender que se trata de un
miembro del clero (en inglés se llama bishop, o sea,
obispo).
No nos puede extrañar encontrar a un religioso entre
las piezas del ajedrez, el poder del clero era enorme en
la Edad Media y tenían presencia en cualquier asunto
importante. Su colocación en la posición inicial es lógica,
uno al lado del rey y otro al lado de la reina, como si
fuesen sus consejeros ayudando a tomar decisiones a los
monarcas. Los religiosos también estaban presentes
en la batalla, dando apoyo espiritual a los soldados.
Incluso existieron monjes guerreros, los más recordados
son los Templarios, monjes de la orden de Salomón. |
Incluso
su movimiento, es la única pieza que se ve obligada a
ir siempre por casillas del mismo color, se puede
asemejar a la ideología de cada religión, que es
inamovible y rígida, y que jamás podrá cambiar
ni con el paso de los siglos, al igual que un alfil está
condenado a ir siempre por las casillas de igual color.
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El
caballo |
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Dentro
de un ejército no puede faltar la caballería. Durante
siglos han decidido batallas, gracias a su rapidez y
contundencia resultaban indispensables para lograr la
victoria. Grandes estrategas se sirvieron de los
regimientos de caballería para decantar la balanza a su
favor, baste recordar a Napoleón Bonaparte, emperador
de Francia.
El movimiento de los caballos se asemeja mucho a la
realidad, son versátiles, imprevisibles y es la única
pieza que puede saltar por encima de otras. Combinando
ambos caballos se pueden lanzar ataques temibles y es en
posiciones cerradas donde mejor se desenvuelven, gracias
a su peculiar movimiento en L se pueden infiltrar por
cualquier rincón del tablero (la caballería real se
asemeja a estas características, se puede mover de un
lado a otro del campo de batalla con gran facilidad y
sus cargas resultaban realmente contundentes).
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El
peón |
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El peón es la pieza más débil y de menor valor, además
su movimiento es el más simple de todos: sólo pueden
avanzar una casilla (a veces dos) y lo hacen en una única
dirección (siempre hacia delante). Esta pieza se podría
relacionar con los soldados de infantería, aunque yo
prefiero asimilarlos a los campesinos del pueblo llano,
súbditos del rey que tenían la categoría más baja,
que no tenían acceso a una formación (tal vez por eso
su movimiento es tan simple) y que llevan una vida
humilde .
Pero
el peón tiene una característica especial y que
ninguno de sus compañeros tiene: si llega a la octava
fila se transforma inmediatamente en dama (la pieza más
poderosa). Esto nos quiere decir que con valentía,
hasta el más humilde puede triunfar y ser un héroe.
Como hemos visto, cada pieza tiene personalidad propia y
una pequeña historia detrás de ella. El ajedrez es más
que un juego, encierra miles de años de historia entre
sus casillas y el movimiento de cada pieza nos recuerda
las fuerzas y debilidades de los soldados que
intervienen en una batalla.
Javier
Cordero Fernández
(18
Octubre 2009) |
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