Nos encontramos ante una de las historias más tristes
protagonizada por un jugador de ajedrez. Pachman era
comunista, pero cambió de parecer y criticó con dureza
la invasión soviética de Checoslovaquia, algo por lo
que fue encarcelado y torturado. Para tratar de librarse
de este infierno intentó suicidarse, pero fracasó en
el intento y lo único que logró fueron graves secuelas
físicas en el cuello y en la espalda.
Tras el intento de suicidio le fue devuelta la libertad
con la condición de que se fuera al exilio (se refugió
en la República Federal alemana). A pesar de estar
mermado físicamente y psíquicamente, pudo seguir
compitiendo, encontrando un seguro refugio contra sus
fantasmas en el ajedrez (de hecho llegó a comentar que
para soportar las torturas pensaba en bellas partidas de
ajedrez).
Esta es una de las historias más trágicas relacionadas
con el ajedrez, aunque Pachman también consiguió
convertirla en una historia de superación demostrando
una gran fuerza de carácter que le sirvió para
sobreponerse a tan complicados acontecimientos. El
ajedrez le ayudó en los momentos más difíciles y le
sirvió para seguir ganándose la vida en su nueva vida
en Occidente.
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