NOTA:
En este artículo se desvelan partes importantes de la
trama. Si tiene pensado leer esta novela, no siga
leyendo.
Toda la trama de este libro gira en torno a un cuadro,
'La partida de ajedrez', pintada por Pieter Van Huys en
1471. En esta tabla flamenca aparecen dos caballeros
jugando una partida de ajedrez, ambos concentrados sobre
el tablero. En el fondo, en un segundo plano, aparece
una dama leyendo un libro. Además hay un espejo que
refleja toda la escena de forma especular. Parece que
todo, incluido Van Huys, es invención de Arturo
Pérez-Reverte, que muestra una gran imaginación, sobre
todo a la hora de describir hasta el más mínimo
detalle del cuadro.
La protagonista de la novela se llama Julia, una joven
restauradora que está trabajando en el cuadro de Van
Huys. Ella es la que descubre una inscripción oculta en
el cuadro que reza: "¿Quién mató al
caballero?". Dicha inscripción revalorizará
el precio del cuadro para una futura subasta, por lo que
Julia decide investigar sobre los personajes y sobre el
autor. Es entonces cuando va descubriendo una trama que
se esconde detrás de la escena del cuadro en la cual la
partida jugará un papel vital. Uno de los caballeros
del cuadro, llamado Roger de Arras, fue asesinado y el
crimen no fue resuelto. Parece que Van Huys había
dejado dentro de la partida la clave que desenmascaraba
al asesino ...
Pero no todo va a basarse en la resolución del misterio
de la muerte de Roger de Arras, la partida que se está
disputando en el cuadro generará un nuevo misterio 500
años después de ser pintada. Sin más, conozcamos la
posición de la partida que se podía ver en el cuadro:
NOTACIÓN
FEN: 1nb5/pp1p4/PRP5/pR6/k1K1P3/2P5/2qP1P2/1NrnQB2 w
- - 0 1
Lo que Van Huys escondió dentro de esta partida fue el
nombre del autor del asesinato del caballero, y lo hizo
de una forma curiosa: el asesino está representado por
la ficha que se había comido al único caballo que
falta en el tablero. Julia y su inseparable amigo
César, un homosexual de edad madura que es como su
segundo padre, tratan de resolver el misterio y para
ello recurren a un jugador de ajedrez de un club de la
ciudad: Muñoz. Este jugador representa la realidad de
algunas personas que juegan al ajedrez, una persona gris
en el día a día, sumergido en un trabajo alienante que
le está matando por dentro, pero genial y completamente
distinto cuando se sienta ante un tablero de ajedrez, es
entonces cuando se deja llevar por un mundo maravilloso
de combinaciones y jaques donde realmente es feliz.
Este singular trío tratará de reconstruir la partida
'hacia atrás' para de ese modo descubrir que pieza se
comió al caballo. Estoy seguro de que los aficionados
al ajedrez que lean este libro disfrutarán tratando de
resolver el enigma antes que los personajes. La primera
conclusión es que la dama había llegado a c2
proveniente de b2. Ahora hay que conocer cual fue el
anterior movimiento de las blancas, Se desecha la torre
de b5, ya que en b4 hubiese dado jaque y en b3 se
hubiese comido a la dama que antes estaba en b2. Todo
hace indicar que entre la torre de b5 y la dama, que se
encontraba en b2, debía haber una pieza... que fue el
caballo, el cual se movió a c2 para de ese modo hacer
un ataque a la descubierta contra la dama blanca. Por
eso la dama negra se vio obligada a comerse al caballo.
Por tanto el caballero fue asesinado por la dama... la
dama que aparece en el fondo del cuadro, es decir,
Beatriz de Borgoña, esposa del jugador que conduce las
negras, Fernando de Ostenburgo.
Cuando Julia, César y Muñoz se congratulan de haber
resuelto el enigma, se ven envueltos en un nuevo
misterio. Álvaro, un antiguo amante de Julia, ha muerto
en extrañas circunstancias, y casi al mismo tiempo
Julia recibe una nota anónima con dos jugadas a
realizar en la posición del cuadro: 1...Tb3 2.d5+.
Alguien quiere continuar la partida y lo hace de una
forma secreta.
Empieza entonces una tensa partida entre el trío
protagonista y el presunto asesino de Álvaro. Las
jugadas se van sucediendo y Julia se ve obligada a
recurrir constantemente a Muñoz. Así continuó el
juego: 2...axb6 3.Ad3. El asesino va dejando sus
jugadas en tarjetas, tal como hizo la primera vez. En
ese momento hay otro asesinato, el de la jefa de Julia,
Menchu, además el cuadro es robado de casa de Julia.
Ahora los protagonistas se dan cuenta de que la nueva
partida está reproduciendo los acontecimientos de la
vida real, y llegan a esa conclusión al ver lo que
había ocurrido en el tablero antes del asesinato:
En esta
posición la dama negra se come la torre, 3...Dxb2,
la torre representa a Menchu
El trío de improvisados ajedrecistas ha comprendido al
fin la situación, cuando la dama negra toma una pieza
se produce un asesinato. El asesino está comportándose
fríamente y está jugando con ellos como si fuesen
títeres. Las tarjetas siguen llegando, siempre de una
forma ingeniosa y con dobles sentidos, y la partida
continua. Los nervios hacen mella en las blancas, que
intuyen que están en serio peligro... en la partida y
en la vida real. La partida siguió así: 4.De7 Db3+
5.Rd4 bxc6 6.De4 Axa6.
Al fin, el gris y brillante ajedrecista se da cuenta de
un par de detalles relacionados con la partida y logra
desenmascarar a su malvado rival. El primero es que las
negras tuvieron la ocasión de comer a la dama blanca,
que representa a la protagonista Julia, y no lo
hicieron. Esto le hizo sospechar de un integrante del
trío: César, que en la vida real siempre protege a
Julia y en la partida también lo estaba haciendo.
Corroboró sus sospechas al volver a visitar el Club
Capablanca de ajedrez, donde encontró una vieja revista
de ajedrez donde aparecía un joven César como
subcampeón de un torneo juvenil.
Resulta brillante comprobar como Pérez- Reverte cuadra
esta partida de ajedrez con cada personaje. Muñoz está
representado por el caballo blanco que queda en el
tablero (como si fuese un caballero que vela por su
dama), Julia por la dama blanca y César que juega en
ambos bandos, tal y como hizo en la situación real al
ser el asesino y a la vez ayudar a Julia a resolver el
misterio. En el caso de este personaje el autor hiló
fino, en el bando blanco César es el alfil, que como
sabemos es el consejero del rey y la dama (en este caso
Julia), recordad que César fue como un segundo padre
para ella. En el bando negro César es la dama, pieza
que va comiendo ('asesinando') a las piezas blancas,
además simboliza lo que César quiso ser sin llegar a
conseguirlo: una mujer. Paradójicamente la pieza que se
come a la dama negra es el alfil blanco.
A pesar de haber desenmascarado al asesino, Muñoz y
César decidieron seguir jugando la partida como un
placer para dos amantes del ajedrez, así continuó todo
(pueden ver la partida completa en el visor):
7.Re5+ Ac4 8.Axc4
Cd7+ 9.Rd6 Dxb1 la dama
negra se come al caballo blanco, César hubiese
asesinado a Muñoz 10.Ad3+ Rb3 11.Dc4+ Rb2 12.Axb1
Txb1 13.dxc6 Cf6 14.De6 a4 15.Dxf6 a3 16.c4+ Rc1 17.Dc3+
Rd1 18.Dxa3 Tc1 19.Db3+ Rxd2 20.c7 b5 21.c8=D 1–0
La explicación al comportamiento de César es sencilla:
lo hizo todo por Julia. Trató de liberarla de todas las
personas que estaban entorpeciendo su crecimiento como
persona, incluso librarla de si mismo. César lo planeó
todo minuciosamente y se ayudó de una computadora para
disputar la partida. Como la dama negra es comida en la
partida, él debía morir, por lo que el final de la
historia llega con su suicidio (el alfil blanco se come
a la dama negra). En el último momento César confesó
que tenía sida y le quedaban sólo unos meses de vida,
por eso planeó todo para dejar encauzada la vida de
Julia... muy encauzada ya que había decidido vender el
cuadro en el extranjero y repartir la fortuna entre
Julia y Muñoz. La última jugada de la partida, la
coronación del peón en la columna c que se convierte
en una nueva dama, simboliza el cambio en la vida de
Julia, su renacimiento como una persona nueva capaz de
crecer al haberse liberado de todos los lastres que la
retenían.
Este final nos muestra la delgada línea que separa el
bien del mal: César cree que ha obrado con rectitud ya
que sólo trataba de ayudar a Julia, por su parte Julia
se muestra horrorizada ante lo que ha hecho su mejor
amigo.
Arturo Pérez Reverte construyó una historia
entretenida, con varios elementos que la hacen
interesante y con la participación indispensable del
ajedrez, aunque en este punto existen algunas cosas que
no encajan, algo que era un propósito complicado al
tratar de unir dos historias separadas entre sí por
nada menos que 5 siglos.
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