NOTA:
En este artículo se desvelan partes importantes de la
trama. Si tiene pensado leer esta novela, no siga
leyendo.
Aunque la historia de esta novela se desarrolla en el
siglo XVIII, la trama gira alrededor de algo ocurrido
5 siglos atrás. En el año 1248 Fernando III
reconquistaba Sevilla para el bando cristiano, hasta
aquí nos mantenemos dentro de la realidad. No es difícil imaginar la tristeza que
tuvo que embargar a la población árabe que se vio
obligado a abandonar una ciudad en la que llevaban
siglos. Pero había un símbolo en la ciudad del que no
podían desprenderse: La Giralda, una obra demasiado
bella como para que cayese en manos de los españoles. Al
firmar la paz los árabes mostraron su desazón a los
españoles y el hijo de Fernando III, Alfonso (Alfonso X
el sabio) se compadeció del enemigo y les propuso
jugarse la Giralda de un modo curioso: jugando al
ajedrez.
La
Giralda, Sevilla
Los jugadores que se deberían enfrentar en tan
trascendental duelo fueron Alfonso X y Axafat (gobernador musulmán de Sevilla). Sería vencedor el que
obtuviese tres triunfos, las partidas deberían jugarse
por correspondencia. Si el duelo se prolongaba
excesivamente en el tiempo sus descendientes deberían
continuarlo hasta llegar al número de victorias
estipulado. Todas las normas de este duelo quedaron
redactadas en unas capitulaciones que serían
custodiadas por los caballeros de la Orden de San Juan
de Acre. Los caballeros de la Orden de Calatrava
opinaban que esta idea era disparatada y decidieron
boicotear la apuesta oponiéndose a su propio rey. Alrededor de esas capitulaciones
girará toda la trama, ya que con el paso de los años
se perdieron y sólo allí estaba recogido el resultado
de las partidas; según los cristianos empate 2-2 y
según los árabes 3-2 a su favor, por lo que la Giralda
volvería a ser musulmana.
La pista principal para la búsqueda de las
capitulaciones se encuentra en la Catedral de Sevilla,
en concreto en su piedra postrera, donde hay
representada una escena en la que se aprecia a un rey
cristiano jugando una partida de ajedrez con un árabe.
En el tablero se puede apreciar la siguiente posición
con la anotación Rd2++: NOTACIÓN
FEN: rn3r2/pbppq1p1/1p2pN2/8/3P2NP/6P1/PPPKBP1R/R5k1 b - - 0 18
A cualquier aficionado al ajedrez le tiene que sonar
esta posición, de hecho no me hizo falta ni echar una
ojeada al diagrama, al leer Rd2++ fue sencillo deducir
que la partida era
Edward
Lasker - Thomas,
jugada en 1912. Un
homenaje a una de las partidas más bellas jamás
jugada, con una persecución al rey negro que rememora
la edad de oro de del ajedrez (época romántica) y que
finaliza con un mate muy curioso dado por el propio rey
blanco. Bien, no olviden esa posición, será clave en
el devenir de la trama y la autora hará que cuadre de
una forma muy curiosa.
La
catedral de Sevilla
El protagonista inicial, León de Montenegro, adscrito a
la Orden de San Juan de Acre, dedicará su vida a la
búsqueda de las capitulaciones. Los miembros de esa
Orden tienen fe ciega en que el encuentro está
empatado, por lo que durante siglos han dedicado sus
vidas enteras al ajedrez tratando de preparar a un
jugador que tenga la fuerza suficiente para disputar la
última partida. León es el elegido para este fin, es
el jugador más sobresaliente y está estrechamente
ligado a la causa... además tiene en su poder un
elefante de marfil (caballo en el ajedrez árabe), pieza
que falta en el ajedrez que se utilizará para la
partida y que es condición indispensable para demostrar
que son descendientes de los jugadores que iniciaron la
apuesta y, por tanto, sus legítimos sucesores en el
tablero. Por el mismo motivo, su rival árabe tendrá que poseer un elefante
de ébano.
Esta partida sólo se podrá disputar si se encuentran
las capitulaciones, por lo que ese será el destino de
la vida de León... una búsqueda que resultará
infructuosa y que se verá obligado a trasladar a su hijo, Abel, para que
éste la continúe. Pero no será Abel el encargado de
lograrlo, tras una vida dedicada a otras luchas (como
preparar la primera constitución que quitó poder a los
despóticos reyes) legó esa responsabilidad a su hija,
Guiomar (que en árabe significa guerrera fuerte),
que fue la única que logró descifrar el mensaje oculto
en la posición de la partida Lasker-Thomas.
Los integrantes de estas 3
generaciones se dedicaron a buscar las capitulaciones,
en algún caso sin
mucho ímpetu, y cada uno de ellos desarrolló su
propia historia... 3 novelas dentro de la misma novela,
con la entrada de nuevos personajes y una misma causa.
Relatar los sucesos de cada una de ellas, con sus
historias de amor, traiciones y venganzas sería
demasiado largo, así que me limitaré a relatar el
desenlace final.
Interior de la catedral de Sevilla
Como ya he dicho, Guiomar fue la encargada de encontrar
las capitulaciones y de jugar la última y decisiva
partida. Todo un guiño de Nerea Riesco a la lucha por
la igualdad entre el hombre y la mujer, no hace demasiado
sería impensable que la protagonista decisiva de una
novela fuese una mujer y más si el ajedrez andaba por
medio. Realmente no creo que en un deporte como el ajedrez importe demasiado el sexo al que pertenece cada
jugador, lo importante es la mente que posea, que puede
ser brillante tanto en un hombre como en una mujer.
¿Dónde se encontraban las capitulaciones?... la pista
de la piedra postrera con la partida era la clave, por
lo que había que buscar en la catedral. Todo fue
encajando como un buen rompecabezas: en cada esquina de
la catedral había una representación de una torre
(como en un tablero de ajedrez) y lo que es más
importante, la catedral al completo es un enorme tablero
de ajedrez con 64 casillas, las cuales están
delimitadas por las columnas del templo. Una vez
descubierto esto no había más que ir a la casilla d2
(por la el mate de Edward Lasker: Rd2++) y buscar allí
las capitulaciones. En ellas estaba marcado el resultado
de la apuesta: 2-2, al que se llegó de la siguiente manera:
-
Rd2++
Victoria cristiana
-
Ca4++
Victoria cristiana
-
Txf1++
Victoria árabe
-
e2+
Victoria árabe
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La suerte estaba echada, Guiomar era la poseedora del
elefante de marfil y sería la encargada de jugar la
gran partida... algo para lo que había sido preparada
desde los 7 años. En juego un monumento de una belleza
excepcional: La Giralda. Se había estipulado que si la
quinta partida finalizaba en tablas, no se disputaría
ninguna partida más y los reyes deberían llegar a un
acuerdo.
La partida se disputó en un sala donde sólo se
encontraban los dos jugadores, que soportaban sobre sus
espaldas el peso de los siglos de una lucha sin cuartel. Todo transcurrió con normalidad hasta que
el jugador árabe cometió un error y Guiomar se quedó
con una posición ventajosa. Fue en ese momento cuando
su cerebro se iluminó y las nubes se dispersaron
pudiendo ver la situación con claridad... ¿por qué
tenía que haber un vencedor y un vencido en esta
historia?, la Giralda era un símbolo de una época
donde los árabes y los cristianos convivieron en la
misma ciudad y así debería seguir siendo. A partir de
ese momento jugó sólo en busca de unas tablas y las
consiguió al desembocar en una posición de jaque
perpetuo que pueden ver a continuación (las blancas las
conducía Guiomar):
NOTACIÓN
FEN: 2k5/pp2n2Q/8/P2p4/6q1/P1p5/2P2PKP/5R2 w - - 0 22
Está posición también me resultó familiar, aunque en esta
ocasión no fui capaz de situar la partida. Tras
buscarla en una base de datos descubrí que se trataba
una partida entre Bobby Fischer y Mikhail Tahl,
disputada en unas Olimpiadas y que ya había publicado
en esta web. La pueden ver en: Fischer
- Tahl.
Un bonito final donde la protagonista decidió estar por
encima de disputas entre reyes y asuntos eclesiásticos
y tomó una decisión solidaria.
Esta es una historia donde todo gira en torno al ajedrez y Nerea Riesco se encarga
de mostrar algunas de las cualidades por las que este
juego ha atraído a alguna de las personalidades más
brillantes de la historia. También me ha gustado el
tono irónico que la autora usa para denunciar las
injusticias sociales que se vivían hace siglos, algunas
de las cuales siguen tristemente vigentes. En
definitiva, esta no es una novela que el aficionado al
ajedrez deba leer por el ajedrez, tiene más cosas
interesantes que la hacen recomendable y que le dan un
puesto destacado en la sección de 'Ajedrez en la
literatura'.
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