Los estudios artísticos, como el resto de disciplinas
del ajedrez, han ido evolucionando con el paso de los
años. Hay que remontarse muchos siglos atrás para
encontrar el origen de los problemas de ajedrez, casi
tantos como la creación del mismo juego. Hasta nuestros
días han llegado composiciones de jugadores árabes que
datan de los siglos X, XI y XII (no hay que olvidar que
en aquella época las fichas y las reglas no eran las
mismas que en la actualidad). A partir de ese momento
todas las épocas han contando con destacados autores de
problemas, llegando a su época cumbre, al menos en
cuanto a belleza, con la escuela italiana (a partir del
siglo XVII).
Hace más de 200 años se buscaban los estudios con muchas piezas y
vistosos golpes tácticos. También eran habituales las posiciones
desesperadas que finalizaban en un ahogado que salvaba
milagrosamente al bando inferior, cuantas más piezas
tuviese el bando débil más espectacular resultaba. Hoy en día
las composiciones no cuentan con demasiadas piezas y se
busca, sobre todo, jugadas originales y sorprendentes.
Muchos estudios de los compositores del siglo XX están
basados en las composiciones de los autores antiguos, de
hecho algunas combinaciones que hoy en día se conocen
provienen de aquella época. Ellos fueron los verdaderos
pioneros que exploraron caminos desconocidos y colocaron
los cimientos de lo que hoy conocemos. Sin ellos, muchos
de los cuales han quedado en el olvido, el ajedrez no
habría avanzado hasta donde lo ha hecho.
Por tanto, deleitémonos con las composiciones de los
maestros antiguos, tiempos donde se daba gran
importancia a los golpes tácticos y a la belleza en el
tablero, tiempos de artistas y mecenas, tiempos, en
definitiva, de culto al arte. |