El legado de Paul Charles Morphy no es demasiado amplio,
pero está repleto de joyas brillantes. Su carrera fue
muy corta, siempre presionado por la estricta sociedad
de su ciudad natal, New Orleans, que no aceptaba la
profesión de ajedrez como algo digno.
Cuando se habla de los mejores jugadores de la historia
se suele mencionar a Capablanca, Alekhine, Fischer o
Kasparov, pero rara vez se habla de Morphy, un jugador
que mostró una superioridad aplastante sobre los
rivales de su época, tiempos donde había jugadores de
verdadero talento. Dicha superioridad era tan enorme que
en muchas ocasiones el estadounidense daba pieza de
ventaja a sus rivales, tal como pueden comprobar en
varias de las partidas de esta sección.
La comprensión y facilidad del juego de Morphy era
impresionante, jugaba las posiciones abiertas con maestría,
mientras sus rivales se encontraban en el jurásico en
comparación con él. Además contaba con un talento
especial que le permitía rematar las partidas con gran
brillantez, lo que ha hecho muchas de ellas hayan sido
reproducidas a lo largo de distintas décadas y sigan
siendo analizadas en la actualidad. |