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Un artista de origen magiar

Grupo de soldados magiares en lo alto de una loma.

Soldados magiares

Charousek, Rudolf - Suto

Budapest 1897

1.e4 e5 2.d4 exd4 3.Dxd4 Cc6 4.De3 d6 5.Ad2 Ae6 6.f4 Cf6 7.h3 Ae7 8.0–0–0 0–0 9.g4 h6 10.f5 Ad7 11.Ae2 Ch7 12.Cf3 Ce5 13.Cxe5 dxe5 14.Rb1 De8 15.h4 f6 16.Ac4+ Rh8 17.Tdg1 Ab5 18.Ae6 Dc6 19.g5 Ac5 20.gxh6 gxh6 21.Dxh6 Axg1 22.Txg1 Tg8 23.Ag5 fxg5 24.hxg5 Dc5 25.Th1 Tg7 26.f6 Df8 27.g6 1–0

Charousek dio el caballo Cb1 de ventaja a su rival

    

Después de 18...Dc6                Después de 22...Tg8

 

          El caso de Rudolf Rezso Charousek es uno de los más tristes de la historia del ajedrez. Con un potencial increíble para jugar al ajedrez, Charousek pasó por el mundo de los torneos de forma fugaz y brillante. No sólo obtuvo unos resultados excelentes, su juego táctico era espectacular y profundo, toda una rebelión ante las nuevas tendencias que se estaban imponiendo en el ajedrez de manos de Steinitz y Tarrasch.

           No fueron pocos los que vaticinaron que había nacido un nuevo campeón del mundo, incluso Lasker declaró que tarde o temprano tendría que jugar un match contra Charousek en el que pondría en juego su corona. Pero la fatalidad se cruzó en su camino en forma de una enfermedad que en aquella época era terrible: la tuberculosis. Debido a los estragos de esta enfermedad el juego de Charousek fue decayendo, hasta forzarle a abandonar el ajedrez. Después de esto, su luz se fue apagando con rapidez y en pocos meses falleció. El ajedrez perdió en el transcurso de unos pocos años a dos de sus estrellas: Pillsbury y Charousek, que fallecieron por la misma causa... una pérdida irreparable.

  

 

 

 

 

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