La leyenda cuenta que esta apertura fue creada gracias a
un golpe de mar que movió el peón a la casilla b4,
William Davies Evans se quedó mirando el tablero y
decidió que ese era un gran movimiento por lo que no
quiso rectificarlo. Supuestamente así nació una de las
aperturas más famosas del ajedrez, aunque sea una
historia difícil de creer lo cierto es que Evans, con
su creación, contribuyó al nacimiento de decenas
brillantes partidas, sobre todo en la época romántica.
Si existe un jugador al que se puede considerar un
virtuoso de esta apertura ese es, sin duda, Mikhail
Chigorin. Nadie como el ruso sabía aprovechar las
ventajas de espacio del Gambito Evans, esta partida es
un perfecto ejemplo de ello, las piezas de Chigorin están
coordinadas y son mucho más activas que las de su
rival... ingredientes de calidad para poder lanzarse al
ataque.
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