Hay
aperturas más sólidas, otras pueden ser consideradas
anodinas, pero por fortuna hay variantes que incitan a
la batalla dentro de un tablero de ajedrez. La siciliana
dragón se encuentra entre estas últimas. Generalmente
los enroques opuestos prometen emociones fuertes, pero
en esta variante de la siciliana la cosa se complica aun
más ya que la columna c está abierta para las negras y
va directamente sobre el enroque blanco. Como sabemos,
la siciliana da la iniciativa a las blancas, pero este
bando tiene que tratar de aprovecharla con rapidez ya
que su rival tiene un centro más sólido. Por eso en la
variante del dragón ambos bandos suelen tratar de
atacar, lo que se transforma en una lucha llena de tensión.
La
partida siguió los estándares marcados. Las blancas
lanzaron sus peones contra el enroque rival y las negras
centraron su ataque en la columna abierta. Pero las
negras fueron más rápidas y, sobre todo, más
brillantes. Al echar un vistazo al tablero, se aprecia
la buena colocación de los alfiles negros y el gran
espacio en el flanco de dama para maniobrar. El ataque
negro fue demoledor, logrando un peón tan poderoso que
podría haber heredado el reino. Para lograr ese peón
en a3, Karel Falleyn no dudó en realizar una preciosa
combinación llena de sacrificios. El remate final,
entregando la dama, da todavía más lustre a esta
partida. |