En ajedrez la opinión de que el alfil es superior al caballo está muy
extendida, de hecho existen jugadores
que hacen cualquier tipo de maniobra para no cambiar uno de sus alfiles
por un caballo rival. Por eso
uno no puede dejar de maravillarse cuando ve una partida como esta, en
la que Chigorin maneja de forma
magistral sus dos caballos. Uno de los dos corceles se ofrece en
sacrificio varias veces y resulta clave en
el triunfo final del ruso.
Tengo que reconocer que Chigorin es uno de mis jugadores predilectos,
un jugador con un fino estilo
de ataque que le hacía único y que demostró que jugando de esa
manera, valiente y bella, se pueden conseguir
extraordinarios resultados.
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