Durante su juventud Paul Keres disputó infinidad de
partidas por correspondencia, él mismo comentó que
llegó a disputar más de 150 partidas a la vez. Esta
frenética actividad tenía por objeto mejorar su
repertorio de aperturas, practicando distintas líneas
para comprobar cual iba mejor con su forma de jugar.
Todo esto ocurrió en el comienzo de su carrera, tiempos
en los que Keres se mostraba muy agresivo en el tablero,
desatando su imaginación en brillantes combinaciones.
Por eso, estas partidas por correspondencia son como un
pequeño tesoro, el legado de un jugador cuya fuerza
estuvo a la altura de los mejores del mundo y cuya
brillantez táctica no tuvo igual a mediados del siglo
XX. |