Fritz Sämisch fue un gran especialista a la ciega,
modalidad en la que era frecuente verle combinar con
éxito. Un talento oculto en un jugador que no obtuvo
resultados importantes en torneos, pero que cuando
jugaba sin ver era capaz de crear joyas como esta.
No es necesario volver a comentar la dificultad de jugar
a la ciega, pero calcular esta secuencia de jugadas, con
3 sacrificios de pieza, parece algo paranormal. El
cálculo es exacto y el alemán se queda con lo justo
para dar mate: torre y alfil por dama y las dos torres
del rival... y es que el valor de las piezas a veces es
relativo... cuanta razón tenía Albert Einstein.
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