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Tempestad blitz en el tablero

Velero en medio de una tempestad

Tahl, Mikhail - Short, Nigel

Bruselas - blitz 1987

1.e4 e6 2.d4 d5 3.Cd2 c5 4.Cgf3 Cc6 5.exd5 exd5 6.Ab5 Ad6 7.dxc5 Axc5 8.Cb3 Ad6 9.0–0 Cge7 10.h3 0–0 11.c3 a6 12.Ad3 Ac7 13.Ac2 Cf5 14.Dd3 Dd6 15.g4 g6 16.gxf5 Axf5 17.Dd2 Axh3 18.Dh6 Dd7 19.Dh4 Axf1 20.Rxf1 Ce5 21.Cfd4 Tfe8 22.Af4 Cc4 23.Cc5 Dc8 24.Cd3 Axf4 25.Cxf4 Cxb2 26.Ch5 Dc4+ 27.Rg2 Te6 28.Cf6+ Txf6 29.Dxf6 Dxc3 30.Th1 Tf8 31.Th3 Dd2 32.Cf5 1–0

     

Después de 18...Dd7                Después de 25...Cxb2

 

Tahl fumando ante el tablero

 

           No creo que nadie se vaya a aburrir con esta partida. Ambos jugadores decidieron jugar con el cuchillo entre los dientes, siendo el primero en golpear el joven Short. Pero enfrente se encontraba un jugador mágico al que no le gustaba demasiado defenderse, por eso lanzó un contraataque demoledor que hizo que la partida se convirtiese en un devenir incierto, con ambos jugadores atacando sin preocuparse demasiado por la seguridad de sus reyes.

           Al reproducir cada jugada el lector no debe de olvidar que la partida se jugó a ritmo blitz, en concreto a 5 minutos por jugador. Cualquiera que haya jugado a este tipo de ritmo sabrá que no hay tiempo para profundizar en las variantes y que la intuición cobra un papel fundamental. Por eso, es una modalidad muy popular, por su espectacularidad y por lo divertido que resulta practicarla. Tahl y Short brindaron este día por Caissa y dieron 10 minutos de diversión a sus seguidores.

           En esta partida se enfrentaron dos épocas del ajedrez. El joven Nigel Short, pujante promesa, aspirante al campeonato del mundo y otrora deslumbrante niño prodigio. Enfrente un Mikail Tahl envejecido prematuramente, que había vivido su época gloriosa 30 años antes. Tahl pagó su forma de vivir acortando su estancia en el mundo, pero vivió tal y como le gustaba hacerlo, por lo que, aunque más corta, tal vez fue una vida plena. A pesar de la edad, Tahl siguió dando lecciones en el tablero hasta el fin de sus días, tal y como lo había hecho durante toda su carrera. Sin duda, los aficionados le echamos de menos, él hacía más grande un deporte que ya de por sí tiene visos de arte.

 

 

 

 

 

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