Me encantan las partidas donde se sacrifica material
para lograr tener varios peones pasados y enlazados. Es
como una historia heroica donde el personaje más
humilde se convierte en protagonista. La fragilidad de
los peones hace que en este tipo de partidas reine la
incertidumbre, ya que siempre existe la posibilidad de
poder detener a la formación de soldados.
En esta ocasión creo que todos escogeríamos jugar con
las piezas negras, la masa de peones es tan imponente
que acobardaría al más valiente. De hecho, las blancas
no tienen otro remedio que esperar la embestida y para
ello colocan sus piezas en la retaguardia... se huele el
miedo y no es para menos, el muro de 4 peones pasados
que se da en las últimas jugadas es irrepetible y
espectacular.
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