Inicio  |  La Diosa Caissa  |                                                                                                E-mail  |  Correo interno  |

 

Asediando la fortaleza

Asedio a una muralla de madera, con un arma de asedio y varias escalas.

Bab, M. - Dus Chotimirsky, Fedor

Paris 1911

1.e4 e5 2.Cf3 Cc6 3.Cc3 Cf6 4.Ab5 Ab4 5.0–0 0–0 6.d3 d6 7.Ag5 Axc3 8.bxc3 De7 9.Cd2 h6 10.Ah4 g5 11.Ag3 Ag4 12.f3 Ad7 13.h4 Ch5 14.De1 Cd8 15.Axd7 Dxd7 16.hxg5 hxg5 17.De3 Ce6 18.Af2 Rg7 19.d4 f6 20.g3 Cef4 21.g4 Ch3+ 22.Rg2 C5f4+ 23.Rg3 Th8 24.Th1 Th4 25.Taf1 b6 26.Ae1 Tah8 27.d5 Da4 28.Cb3 Dc4 29.Cc1 Dxf1 30.Txf1 Cf2 31.Dxf4 Th2 32.Dxg5+ fxg5 0–1

Después de 29.Cc1

 

         Hay partidas que son una lucha de ida y vuelta, pero encontraréis pocos ejemplos donde la actitud de ambos bandos quede tan clara como en esta partida. Dus Chotimirsky, recordado por ser un reputado jugador táctico, quería y anhelaba la victoria, por contra, su rival sólo se preocupó de cerrar la posición y centrarse en tapar las vías de agua que había en torno a su rey. Con unos roles tan marcados la cosa no podía acabar bien para las blancas.

          Todas las piezas negras apuntan hacia el rey blanco, cuyo ejército se encuentra parapetado cerca de su monarca en posiciones defensivas. La columna abierta hace que la situación del rey blanco sea desesperada, lo que permitió a Dus Chotimirsky combinar con imaginación y brillantez para ir en busca del jaque mate... a veces el destino es justo y premia al jugador que busca el triunfo.

 

 

 

 

 

© Ajedrez de ataque. Todos los derechos reservados

Volver