Hay partidas que llevan el sello de lo increíble, y
esta lo tiene por partida doble. Primero es Karl
Robatsch el que se lanza al ataque sin miramientos...
como si fuese el mismísimo Tahl, dejando el enroque en
malas condiciones y situando una curiosa torre en h3.
Pero cuando tienes a Tahl enfrente no te puedes confiar,
el contraataque de las negras es brutal con un
sacrificio de dama directamente contra el enroque. En
ese momento son las piezas negras las que están mejor
situadas para atacar, pero un nuevo golpe de Robatsch le
permite igualar aprovechando la versatilidad de su dama.
Una partida entretenida, con cierto aire de locura, cuyo
análisis puede llevar horas y puede dejar tu ordenador
para el arrastre si usas algún programa. AJEDREZ EN
ESTADO PURO. |