|
Tiempos tan cercanos, pero a la vez tan diferentes. El
mundo del ajedrez en la década de los 90 tenía un
claro dominador, Kasparov era casi imbatible y a
comienzos de esa década estaba en su máximo esplendor.
El ajedrez a lo largo de todas sus épocas ha tenido un
dominador, un jugador que sobresalía del resto por su
juego o por su carisma. Esto no ocurre en la actualidad,
donde nadie ha recogido el testigo dejado por el azerí,
parece que Carlsen podría hacerlo en un futuro, pero
eso está por confirmar.
Gracias a sus duelos con Karpov la fama de ambos
jugadores trascendió fronteras, incluso entre las
personas que no eran aficionadas al ajedrez, esto
representó un gran impulso para este deporte que hoy no
goza de tan buena salud. Sin duda, la presencia de
Kasparov era positiva para el ajedrez, cualquier acto en
el que participase tenía una difusión a nivel mundial.
|