Partidas como esta escasean en la actualidad tanto como
un buen puesto de trabajo. Más bien recuerda a una
partida disputada por Anderssen, Mackencie o Blackburne,
nos encontramos ante una persecución al rey a la
antigua usanza. Como ya he comentado en alguna otra
ocasión, la caza del rey es lo más bello y excitante
que se puede dar en el ajedrez. De esta partida
maravilla como Day se las ingenió para conducir al rey
blanco hasta la octava fila sin que las numerosas piezas
blancas pudiesen hacer nada. Tras la partida, el rey
blanco estuvo sopesando denunciar a la Dama negra por
acoso. Una persecución de este tipo, a lo largo de todo
el tablero, debería estar penada por la ley.
El canadiense Lawrence Day es un jugador que se sale de
lo común, su estilo de juego no se corresponde a los
tiempos que le ha tocado vivir y más bien parece un
poeta rodeado de científicos y probetas. Suele utilizar
el gambito de rey y otras aperturas que se encuentran
desfasadas y si uno echa un vistazo a sus partidas podrá
encontrar una buena sucesión de combinaciones y ataque
contra el rey. Sus resultados no han sido demasiado
sobresalientes, a veces no es sencillo compaginar la
creación de belleza en un tablero con la obtención de
un palmarés brillante.
Su contribución al ajedrez no se limita sólo a sus
jugadas en el tablero, ha sido editor de la Revista de
ajedrez canadiense, así como escritor de varios libros.
También ha sido columnista del periódico canadiense
'Toronto star', con reportajes que alcanzaron una gran
popularidad, y de otras revistas de ajedrez. Es fácil
poder intercambiar opiniones con él, ya que escribe
habitualmente en foros de ajedrez. En definitiva,
Lawrence Day es un fiel amante del ajedrez. |