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El amante del campo y de las flores (6)

Varias flores de color rosa

Schlechter, Carl - Meitner, Philipp

Viena 1899

1.e4 e5 2.Cf3 Cc6 3.Ac4 Ac5 4.c3 Cf6 5.d4 exd4 6.cxd4 Ab4+ 7.Cc3 Cxe4 8.0–0 Axc3 9.d5 Ce5 10.bxc3 Cxc4 11.Dd4 f5 12.Dxc4 d6 13.Cd4 0–0 14.f3 Cf6 15.Ag5 h6 16.Ah4 g5 17.Af2 Rg7 18.Tfe1 Ad7 19.Db3 c5 20.dxc6 bxc6 21.Ce6+ Axe6 22.Txe6 Dd7 23.Td1 Cd5 24.Ad4+ Rh7 25.Tde1 Tae8 26.Txe8 Txe8 27.Txe8 Dxe8 28.Db7+ Rg6 29.Dg7+ Rh5 30.h3 De6 31.g4+ fxg4 32.hxg4+ Rh4 33.Dxh6+ Dxh6 34.Rh2 1–0

Después de 32...Rh4

 

          Preciosa combinación, el mérito reside en que en una posición aparentemente igualada, y con las pocas piezas que quedaban, Schlechter ideó una genial secuencia de jugadas que culminan con el sacrificio de dama y el mate con el alfil. El rey queda encerrado en una jaula de la que jamás podrá salir, siendo su carcelero el rey enemigo. La dama asiste impotente a como el alfil ajusticia a 'su marido'.

Carl Schlechter al principio de su carrera

           Así era Carl Schlechter, un jugador que ha sido algo maltratado por la historia del ajedrez, siendo tachado de poco talentoso. Personalmente no comparto esa opinión. Schlechter era un gran jugador táctico, capaz de combinar con brillantez. De lo que adolecía era de cierto instinto asesino, era una persona tranquila que muchas veces se conformaba con hacer tablas para evitar cualquier tipo de lucha, pero eso no quiere decir, ni  mucho  menos, que  no tuviese talento. De hecho en varias ocasiones concedió tablas a sus rivales en posiciones en las que tenía algo de ventaja, por el mero hecho de hacerles un favor... no se puede decir que fuese un tiburón.

 

 

 

 

 

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