Esta partida corresponde al Campeonato del Mundo de
1935, el mayor hito de la historia del ajedrez holandés,
ya que Max Euwe derrotó al campeón vigente, Alexander
Alekhine. El resultado
final
fue de 15'5-14'5. Esta partida fue la vigésimosexta (de
un total de 30) y resultó clave, ya que fue la última
victoria de Euwe en el match, que le daba una ventaja
casi decisiva: 14-12.
Hay que resaltar la decadencia en que se encontraba
Alekhine, sumido en un profundo alcoholismo que hizo que
acudiese a varias partidas completamente borracho. De
todos modos, Euwe jugó a un gran nivel y mereció la
victoria final. Para comprender el estado de Alekhine
nos basta conocer una anécdota que quedó documentada:
antes del comienzo de una de las partidas, no queda
claro cual, la situación era muy tensa. Alekhine no
aparecía y se había superado la hora de comienzo.
Varias personas de la organización salieron en busca
del campeón del mundo, al que encontraron durmiendo en
un prado totalmente borracho. Tras reanimarle, no sin
ciertas dificultades, consiguieron llevarle a la sala de
juego para que disputase la partida.
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