New York 1889

1.e4 e5 2.Cf3 Cc6 3.Ab5 a6 4.Aa4 Cf6 5.d3 b5 6.Ab3 Ac5 7.c3 d5 8.exd5 Cxd5 9.De2 0–0 10.De4 Ae6 11.Cxe5 Cxe5 12.Dxe5 Cb4 13.0–0 Cxd3 14.Dh5 Axb3 15.axb3 Te8 16.Cd2 De7 17.b4 Axf2+ 18.Rh1 De1 19.h3 Cxc1 20.Txe1 Txe1+ 21.Rh2 Ag1+ 22.Rg3 Te3+ 23.Rg4 Ce2 24.Cf1 g6 25.Dd5 h5+ 26.Rg5 Rg7 27.Cxe3 f6+ 28.Rh4 Af2+ 29.g3 Axg3++ 0–1

 Después de 19.h3                    Después de 26.Rg5

Partida bautizada como 'El espíritu sopla cuando quiere'

            Eran tiempos donde todo era posible dentro un tablero de ajedrez. En ocasiones se jugaba de forma anárquica y corriendo riesgos impensables hoy en día, mientras todo jugador sólo tenía una cosa en mente: la cabeza del rey rival. Esto hizo que hasta los jugadores más modestos firmasen partidas rebosantes de belleza, una incesante contribución a la historia de este deporte, sin duda fue la 'Edad de oro del ajedrez'.

            La partida es realmente una obra de arte, en la que Pollock entrega su dama para que el rey negro se vea obligado a abandonar el calor de su fortaleza. Luego entrega su torre para que sus peones se conviertan en una trampa mortal para el monarca rival. Sin duda, una partida muy del estilo de la época, con un plan ingeniosamente elaborado por Pollock, que nos recuerda que el ajedrez es un juego donde la belleza tiene cabida.

            El autor de esta obra de arte, William Henry Pollock, fue todo un trotamundos. Llegó a tener cuatro nacionalidades distintas: inglesa, irlandesa, estadounidense y canadiense. La primera de ellas le vino por nacimiento, la segunda tras cursar sus estudios de medicina en Dublin, ciudad donde también tuvo una gran actividad en los tableros de ajedrez al ser un asiduo del Dublin Chess club. A finales de siglo emigró a los Estados Unidos, donde mantuvo una buena amistad con Steinitz, y el final de su vida lo pasó en Canadá. Llegó a jugar partidas de ajedrez bajo estas 4 banderas. Aunque su carrera no fue demasiado notable, siempre nos quedarán partidas como esta para recordar su nombre.