Nos ha dejado una leyenda del
ajedrez, sin duda uno de los jugadores con más
tesón y energía de la historia del ajedrez que supo sobreponerse a
dificultades que hubieran hundido a cualquiera. Su amor
por el ajedrez le permitió seguir jugando hasta sus
últimos días, compitiendo a gran nivel una vez
superados los 70.
Su nombre está grabado a fuego en la historia del
ajedrez a base de incontables triunfos en los más
prestigiosos torneos y por su osadía al desertar de la
URSS en el momento álgido de su carrera, pasando a ser
el deportista más odiado del país. Korchnoi
sobrevivió al boicot realizado desde la URSS y aspiró
a ser campeón del mundo, pero Anatoly Karpov cortó sus
aspiraciones de raíz en los duelos más polémicos que
se puedan recordar, los cuales parecen sacados de una
película de cine negro.
Para el recuerdo queda su inagotable energía que
entraba en combustión en cada una de sus partidas, su
sólido estilo de juego y un espíritu de lucha que le
permitía sobreponerse a cualquier adversidad que
apareciese en su camino. Korchnoi es un símbolo no
sólo del ajedrez, sino del deporte en general. Y para
el recuerdo también quedará su, por decirlo de alguna
forma, fuerte carácter, que pude comprobar durante un
torneo en León donde logré que me firmase una
fotografía suya tras varias caras de 'mala leche' que
me puso por usar un rotulador de tinta blanca. Sea como
fuere, es un ejemplo de superación y de amor por el
ajedrez.
Korchnoi se merece un gran homenaje, por lo que esta
partida sólo pretende recordarle en el día de su
fallecimiento. Estoy preparando un artículo más
extenso que publicaré en los siguientes días y que
tratará su intensa vida.
|