Esta partida es una constante sucesión de
combinaciones, una tras otra, sin cesar. Supongo que
Nikolaidis finalizó con un enorme dolor de cabeza ante
la presión a la que fue sometido. El objetivo de Serper
durante la partida fue generar dos peligrosos peones
pasados y especular constantemente con su coronación.
Parece un plan sencillo, pero la realidad es que es muy
complicado de llevar a buen puerto, ya que existen
distintas formas de poder detenerlos. La demostración
de que este tipo de ideas son difíciles de llevar a
cabo está en los peones pasados (enlazados y en la
sexta fila) que también consiguieron las negras, pero
que Serper controló con gran facilidad.
Coloso
de Rodas
En muchas ocasiones se menosprecia el valor de los
peones, pero mi experiencia me dice que deciden el
destino de muchas partidas y son la base de las
operaciones de un gran número de luchas de corte
táctico. En este caso los dos peones blancos se convirtieron en auténticos
colosos, una fuerza totalmente imparable, lo que
demuestra que en el ajedrez nada está escrito y todo
puede ocurrir si se aplica imaginación a cada jugada.
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