Nigel Short tenía 11 años cuando disputó esta
partida, su rival tenía, por aquel entonces, 26. La
partida es sorprendente de por sí, pero que un
sacrificio de dama tan profundo lo haya hecho un niño
parece inconcebible. Short fue toda una sensación en
los años 70 y 80, pero de repente su juego decayó de
forma imparable y desapareció de los torneos más
importantes. Hoy en día parece haber recuperado cierta
fuerza en su juego y su nombre vuelve a aparecer en las
portadas de las publicaciones ajedrecísticas. |