Hoy no nos sorprende ver a grandes jugadores chinos en
los mejores torneos del mundo, lo que les confirma como
una de las grandes potencias dentro del ajedrez. Sin
embargo, en 1978 las cosas eran muy distintas, el
ajedrez era muy poco popular en China y apenas contaban
con jugadores titulados. Por este motivo esta partida
fue una auténtica bomba mediática, una sorpresa sin
precedentes, tanto por su belleza como por sus pocas
jugadas de duración.
Jan Hein Donner era uno de los Grandes Maestros más
fuertes del mundo, lo que unido a la importancia de la
cita, unas Olimpiadas, dio gran notoriedad a su
traspiés. Donner había entrado en la historia de las
Olimpiadas, pero no como él hubiese deseado. Consciente
de lo ocurrido, declaró tras la partida: "Bueno,
tengo la impresión de que en el primer torneo
internacional que se juegue en Pekín, ¡yo seré el
primer invitado!". |