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 Mejores partidas

¡¡ A la caza del rey !!

Batalla en la pradera entre indios americanos

Kurz, Bohumir - Treybal, Karel

Praga 1904

1.e4 e5 2.f4 exf4 3.Cf3 g5 4.Ac4 g4 5.Ce5 Dh4+ 6.Rf1 d5 7.Axd5 Cf6 8.Axf7+ Rd8 9.d4 Cc6 10.Cxc6+ bxc6 11.Cc3 f3 12.g3 Dh3+ 13.Rf2 Dg2+ 14.Re3 Aa6 15.Rf4 Ah6+ 16.Rf5 Dh3 17.Rxf6 Tf8 18.d5 Txf7+ 19.Rxf7 Dh5+ 20.Rf6 Ag7+ 21.Rxg7 Dg6+ 22.Rf8 Rd7++ 0–1

       

Después de 16.Rf5                        Después de 18.d5                    Después de 20.Rf6

Visor

Karel Treybal

          El gambito de rey es un arma de doble filo, si las blancas no juegan con determinación se pueden ver en serios problemas debido a lo expuesto de su rey. Eso fue lo que le ocurrió a Kurz, jugó descuidadamente y de repente se encontró con que su rey se hallaba situado en el centro del tablero sin posibilidad de encontrar un camino de retorno. La posición resultante tras la jugada 16 es muy curiosa, el rey blanco ha sido atraído hasta territorio enemigo y además se encuentra solo, ninguna de sus piezas podrá acudir en su ayuda. Para Treybal fue un juego de niños ir entregando una pieza tras otra hasta dar mate a su rival, la mayoría de piezas blancas ni siquiera intervinieron en la lucha.

 

           Una partida preciosa que parece un homenaje a los jugadores románticos, cuya época había llegado a su fin décadas atrás. En ese tiempo el juego posicional se estaba imponiendo y partidas como esta empezaban a escasear.

           Treybal estaba considerado como uno de los mejores jugadores de su época, sin embargo, no era un jugador profesional, su profesión real era la de abogado, ocupación que le llevó a presidir el tribunal del distrito de Velvary. Nunca sabremos cual podría haber sido su nivel de haberse dedicado en exclusiva al ajedrez, pero viendo esta partida, y alguna otra publicada en esta web, queda claro que talento no le faltaba.

           Karel tuvo un final triste, tras la ocupación nazi de Checoslovaquia fue encarcelado y más tarde condenado a muerte. Una víctima más de los bárbaros nazis, cuyo sin sentido sigue asombrándonos muchas décadas después.

 

 

 

 

 

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