Robert James Fischer fue un genio precoz capaz de
competir al máximo nivel desde su adolescencia. Ésta
puede ser considerada la mejor partida del Siglo XX por
la gran profundidad del sacrificio de dama y porque fue
jugada por un adolescente que sólo tenía 15 años.
Una partida mágica, donde 'el jovencito' impide enrocar
a su adversario y aprovecha la mala situación del rey
para atacar sin compasión. El sacrificio de dama es
simplemente maravilloso, porque no conduce a un rápido
ataque contra el rey ni a ninguna ganancia material.
Además su rival no era un jugador débil, Donald Byrne
era uno de los ajedrecistas más respetados de los
Estados Unidos. |