No encontrarán muchas partidas como ésta.
Principalmente porque los dos sacrificios de caballo,
que se realizan de forma consecutiva, son surrealistas a
más no poder, ya que son realizados en una casilla
donde no hay ninguna pieza y sólo tienen por objeto
hacer perder un tiempo a la dama negra. El ataque que
montan las blancas es sensacional, aprovechando la
indefensión del rey negro y los caminos 'h' y 'g' que
llevan directamente al corazón de la fortaleza enemiga.
El remate de la lucha está repleto de belleza, tanta,
que parece sacado de un estudio artístico. |