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Las apariencias engañan

Dibujo de una oveja ante un lobo disfrazado de oveja

Reshko, Aron - Faibisovich, Vadim

Leningrado 1969

1.c4 g6 2.Cc3 c5 3.g3 Ag7 4.Ag2 Cc6 5.e4 d6 6.d3 Cf6 7.Cge2 0–0 8.0–0 a6 9.h3 Tb8 10.f4 Ce8 11.Ae3 Cd4 12.Dd2 b5 13.Tae1 b4 14.Cd1 b3 15.Axd4 bxa2 16.Axg7 a1=D 17.Ac3 Da4 18.f5 f6 19.Dh6 e5 20.fxe6 Axe6 21.Cf4 Af7 22.Ce3 Ddd7 23.Cg4 Tb3 24.Ch5 Ae6 25.Txf6 1–0

Después de 15...bxa2

 

          El ajedrez es un juego de emboscadas, de planes retorcidos, en el que en muchas ocasiones nada es lo que parece ser. Hay partidas donde se intenta ser más astuto que el rival, engañarle, aturdirle, porque una partida va más allá de los conocimientos adquiridos por los jugadores. Esta partida es un buen ejemplo de lo expuesto: las blancas se pusieron una piel de cordero por encima y esperaron agazapadas a que llegase su momento. Y la piel de cordero se fabricó a través de una jugada genial con la que Reshko permitió que su rival coronase en pleno medio juego, teniendo dos damas sobre el tablero... pero la segunda dama se quedó recluida en un lugar solitario donde nada ocurrirá durante el resto de la partida, por lo que la desventaja era menor de lo que parecía en un primer momento.

          El plan de Reshko no era sencillo de ejecutar y sólo se podía llevar a cabo jugando con gran energía, apretando sin cesar, y realmente lo consiguió, utilizando casi todas sus piezas en un ordenado y contundente ataque. Una partida sorprendente.

 

 

 

 

 

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