Los niños prodigio siempre llaman la atención, ver a
pequeñas personas desempeñando disciplinas complicadas
nos llena de asombro. Nigel Short entra dentro de este
grupo, desde una edad muy temprana empezó a destacar
por su sorprendente juego, lo que le dio una gran fama.
Esta partida nos muestra una profundidad impropia de un
niño, además de una gran capacidad de cálculo,
característica estrechamente relacionada con el
talento.
Su carrera subió como la espuma a gran velocidad, pero
finalmente, y no se sabe muy bien por qué, Short no
logró mantenerse durante demasiado tiempo en la élite
del ajedrez. Su punto culmen fue el encuentro contra
Kasparov por el campeonato del mundo de la PCA, en la
que cayó derrotado ante la terrible fuerza que su rival
desataba en el tablero. Hoy en día es un gran maestro
muy respetado, pero no recibe apenas invitaciones de
torneos importantes. |