Pocas veces verán un rey tan acorralado como lo está
el monarca negro en la última jugada, además logrado
con muy pocas piezas y a las puertas de entrar en el
final. Nimzowitsch asfixió a su enemigo cortando
cualquier tipo de retirada, viendo impasible como su
alfil daría mate ante la impotencia del ejército
rival.