Gary Kasparov era un jugador letal con una incansable
ansia de triunfo. En Linares se extramotivaba y era casi
imposible poder derrotarle, de hecho participó en 14
ocasiones y sólo fue vencido en 7 partidas. De ahí la
gran relevancia de este triunfo de Lautier, que dio la
vuelta al mundo, no sólo por el resultado en si sino
por la forma en que se produjo, en una partida de gran
intensidad donde Lautier mostró todo su talento
combinando con gran éxito.
Joel Lautier fue una de las grandes promesas del ajedrez
de los 80 y 90, logró ser campeón del mundo sub-12 en
1986 y junior en 1988 (por delante de Ivanchuk y Gelfand).
Francia llevaba muchas décadas sin tener un jugador con
algo de peso en la élite y pusieron todas sus
esperanzas en el joven Joel. Logró el título de GM con
sólo 16 años.
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