Recuerdo perfectamente como me enteré de la noticia de
la muerte de Bobby Fischer. Era viernes y volvía de
trabajar alrededor de las 15h, por lo que pensaba pasar
una tarde tranquila, descansando plácidamente hasta la
hora de salir. Pero justo en ese momento recibí un sms
de un amigo que me comentaba la noticia. Ni descanso, ni
nada que se le pareciese, me puse a trabajar para rendir
mi pequeño homenaje a Fischer desde mi web.
Ha pasado un año, el tiempo vuela y la vida sigue. Pero
un genio como Fischer se merece todos los homenajes que
le podamos hacer y, como no, la mejor manera de
recordarle es a través de su indiscutible talento.
En la actualidad añoramos que existan jugadores como él,
buscamos ajedrecistas con esa determinación por la
victoria y no los encontramos. Fischer era único, por
su manera de vivir el ajedrez y por el talento que
demostraba en sus partidas. Por eso hoy es un día para
sentarse delante de un tablero, colocar las fichas y
reproducir con tranquilidad alguna de sus partidas.
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