Nueva edición de Linares y para estar a tono con los
torneos de hoy en día no hemos visto demasiada lucha.
La mejor partida la jugó el ruso Morozevich, prácticamente
la única partida de ataque de las 56
disputadas.
La verdad es que, una vez más, perdí el interés por
el torneo con rapidez. Me impresionó mucho el juego de
Magnus Carlsen, pero cuando se colocó en cabeza defraudó
por su falta de ambición. Carlsen estaba demostrando
ser el mejor, pero de repente dejó de luchar y firmó
varias tablas rápidas, me imagino que estuvo mal
aconsejado o la presión de Linares le pasó factura. En
mi opinión ha desperdiciado una gran oportunidad de
hacer historia por no atreverse a arriesgar.
Habitualmente las tablas rápidas se hacen para ahorrar
energía, pero Magnus tiene 16 años y la energía le
tiene que sobrar, por eso me parece que tenía que haber
arriesgado en busca de alguna victoria más (tal como
estaba jugando hubiese sido posible). En conclusión, le
ha puesto el triunfo en bandeja a Anand que ha sido el más
sólido y el más inteligente.
Solamente Morozevich se ha salido de esta tendencia
conservadora, sus partidas han sido las más
entretenidas y ha demostrado que esta manera de jugar es
totalmente válida ya que ha logrado el segundo puesto
tras un gran final de torneo.
Parece que todos los cronistas aceptan esta falta de
lucha y no la critican. Lo más positivo del torneo ha
sido Carlsen, está claro que está llamado a ser el número
1, pero para ello debe ser más ambicioso, aunque sólo
tenga 16 años su juego estaba siendo superior al del
resto y creo que podría haberlo aprovechado para lograr
el primer puesto en Linares... en la historia se entra
con esfuerzo y Carlsen ha dejado pasar una gran
oportunidad.
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