El ajedrez de hace décadas era completamente distinto
al actual. Hoy en día los Grandes Maestros se dedican
al ajedrez en exclusiva, por lo que no suelen destacar
en otras facetas de la vida. Sin embargo, los maestros
antiguos o de la posguerra tenían vidas más
interesantes, no sólo se dedicaban al ajedrez y cada
cual buscaba otras ocupaciones en las que dar rienda
suelta a su energía. Incluso campeones del mundo, como
Euwe y Botvinnik, simultanearon su trayectoria en el
tablero con sus carreras profesionales tras haber pasado
por la Universidad. Realmente esto no es culpa de los
jugadores actuales, simplemente se trata de la
evolución de la sociedad. Hace décadas la vida era
más complicada, las dos Guerras Mundiales generaron
situaciones muy difíciles que hicieron que las personas
se creciesen ante las adversidades con historias de
superación. Evidentemente, la vida de los maestros
antiguos era todavía más interesante, ya que vivieron
una época donde se rendía culto al arte y muchos de
ellos destacaron en distintas disciplinas. En la
actualidad la vida es más tranquila, las personas se
especializan en un campo y no buscan desarrollar su
talento en otras direcciones... es una sociedad más
tecnológica, más avanzada, más cómoda, pero también más gris.
Vitaly Chekhover ilustra a la perfección lo expuesto
anteriormente. Al igual que muchos rusos, fue un
apasionado de la música, de hecho fue pianista
profesional y los cronistas de la época le definen como
un compositor ingenioso e innovador. Frente a un tablero
de ajedrez conservó su ingenio intacto y se posicionó
del lado de los jugadores tácticos, firmando bellas
combinaciones con asiduidad. |