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Locura desatada en el tablero

Duende 'alucinado' con los ojos muy abiertos tras haber bebido unas pócimas

Day, Lawrence - Nurmi, Peter

Toronto 1973

1.e3 g6 2.Ce2 Ag7 3.g3 d5 4.Ag2 Cf6 5.f4 Cc6 6.a3 e5 7.0–0 h5 8.b4 h4 9.b5 Ca5 10.Ab2 Cc4 11.Axe5 Cxe5 12.fxe5 Cg4 13.Cbc3 Cxh2 14.Axd5 Cxf1 15.Dxf1 0–0 16.d4 Ah6 17.Ce4 Axe3+ 18.Rh2 hxg3+ 19.Rxg3 Ae6 20.Df3 Axd5 21.Cf6+ Rg7 22.Dxe3 Th8 23.Dd3 Dc8 24.Cf4 c6 25.c4 Ae6 26.d5 cxd5 27.cxd5 Af5 28.Dd4 Dc2 29.e6 Db3+ 30.Rg2 Dc2+ 31.Rg3 Db3+ 32.Rg2 Ah3+ 33.Rf2 Dc2+ 34.Re3 Db3+ 35.Rd2 Rh6 36.Th1 Rg5 37.De5+ Af5 38.Ce4+ Rg4 39.Tg1+ Rh4 40.Df6+ 1–0

Después de 13...Cxh2

 

          Hay partidas que no necesitan impresionantes golpes tácticos para ser espectaculares. En este caso ambos jugadores desatan la locura en el tablero al mostrar un absoluto desprecio por la seguridad de sus respectivos reyes. La situación del rey blanco tras la jugada 19 es casi cómica, está absolutamente expuesto y parece imposible apostar por una victoria de dicho bando. Sin embargo, Lawrence Day es un auténtico experto en posiciones complicadas y supo dar una gran actividad a sus piezas, haciendo equilibrios sin red para que su rey escapase del acoso del rival cuando no tenía donde esconderse... estamos ante una muestra de ajedrez divertido.

 

 

 

 

 

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